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Monday, July 20, 2009

Cacería en Estepona


Cacería en Estepona

Artículo de opinión de Ramón Triviño publicado en el Málaga Hoy.

DESDE que la denominada operación Astapa hizo saltar por los aires las tramas de corrupción y corruptelas que durante años habían echado raíces en Estepona se desarrollan en este escenario político dos fuerzas en sentido diametralmente distintos. Una, que representa el alcalde socialista David Valadez, que trata de sacar de un oscuro agujero la gestión municipal, y otra, que encarna el Partido Popular (PP), empeñado en la estrategia de solicitar, aunque sea inútil, la disolución del Consistorio y la celebración de nuevas elecciones en el municipio.

En este permanente tira y afloja, los populares han dado esta semana una nueva vuelta de tuerca. Su secretario general, Francisco Salado, a la vista de que deberán esperar hasta 2011 para intentar conseguir la mayoría, ha escarbado en la basura para tratar de herir a los que muchos consideran uno de los héroes de la nueva etapa, la concejala del PSOE Cristina Rodríguez, que junto con Valadez, fueron los que pincharon el globo de una situación que era insostenible y que ya estaba en el ojo de la Fiscalía.

El juego de desgaste que realiza la oposición sobre el equipo de gobierno es un elemento clave del juego democrático. Lo que no parece tan legítimo es que la oposición, o parte de ella, se centre en exclusiva en intentar derribar al adversario, dejando de lado los intereses generales de los ciudadanos. Así, mientras que David Valadez y su equipo están a punto de poder atender los 38 millones de euros de deuda que el Ayuntamiento tiene con sus proveedores, y han conseguido dimensionar la inflada plantilla municipal, con el consiguiente recorte de gastos, por citar dos ejemplos, los populares, con el apoyo hace pocas fechas de Mariano Rajoy y Javier Arenas, siguen erre que erre con la cantinela de la disolución del Consistorio, aunque para conseguirla tengan que paralizar por completo la actividad municipal, o poner zancadillas, como la retirada de competencias al Ejecutivo local, para convertir en un calvario la gestión de los servicios públicos.

Al margen de que hagan un flaco favor a sus conciudadanos, a los populares, que ahora parecen creer que caminan en olor de santidad, se les podría acusar de tener poca memoria o de olvidar sus pecados. Este misma semana, su presidente, Ignacio Mena, será enjuiciado por un presunto delito relacionado con su gestión al frente del Urbanismo municipal. Todavía no se han apagado los ecos de la dimisión de Ricardo Galeote, por su presunta relación con la trama de Francisco Correa y el llamado caso Gürtel. Y así, toda una serie de episodios que podrían componer un serial sobre prácticas poco ortodoxas en la administración de lo público. Pero ya saben, lo importante, es que con la cacería se acorten los plazos para llegar al destino marcado.