estepona

Sunday, August 26, 2007

El otro lado


Articulo de opinion de Gerardo Galan publicado en Estepona Informacion.

El otro lado

En política, y cuando ostentas altas responsabilidades, el que te la jueguen una vez puede ser casi por cualquier motivo. Nadie es capaz de controlar absolutamente todas las cuestiones y a todos los que tiene a su alrededor. Sin embargo, el que repetidamente seamos objeto de la duda, el que nuestro nombre se coloque repetidamente cerca de donde se producen presuntas conductas corruptas no puede ser casualidad.

La presunta cualidad de “hombre de Roca”, destapada por el sumario Malaya, del Gerente de Urbanismo de Antonio Barrientos en el pasado mandato. Las manifestaciones realizadas por el actual Concejal de Urbanismo, donde reconoce que el Ayuntamiento es culpable de permisividad en materia urbanística. El nombramiento del abogado del gilista Crespo para que mantenga la misma posición que su otro defendido ante el Tribunal de Cuentas y, finalmente la noticia de que un juzgado inicia diligencias previas por presunto delito urbanístico contra el Alcalde y otros funcionarios municipales no puede ser un simple cúmulo de casualidades o mala suerte.

Los anteriores ejemplos, pese a ser llamativos por lo recientes, no son los únicos escándalos en los que se ha visto involucrado nuestro municipio. Recuerden, por ejemplo, la inauguración de hoteles sin licencia de apertura o la historia nunca acabada del Edificio Prasa en el Puerto que se suman a la rocambolesca recalificación de Playa del Cristo y la venta de Explanada Ganada al Mar.

Toda una política continuada, en absoluto inocente, que venía a poner en práctica el modelo urbanístico de la vecina Marbella, dirigida por políticos importados de la vecina Marbella y acompañada de instrumentos útiles e imprescindibles de genuino origen local. Miren ustedes, en esto de la corrupción no hay matices. O eres cómplice activo de la misma, un corrupto, o no te enteras de nada porque eres tonto. En ninguno de los casos vales para gobernar mi pueblo. Uno tiene confianza enfermiza en la honradez sin tacha de su Alcalde, cosas del cariño que le guarda desde siempre. Así que ya saben, sólo queda el otro lado.