En la Plaza Roja
Articulo de opinion de Gerardo Galan publicado en el semanario Estepona Informacion
En la Plaza Roja
Cuando desde la derecha se alzan voces contra los impuestos, uno, que sigue siendo socialista, tiene que andar recordando que la contribución de los ciudadanos a los gastos comunes es una forma eficiente de redistribuir la riqueza y limar las diferencias sociales.Los impuestos directos, claro. La imposición indirecta y las tasas, si no llevan consigo medidas correctoras para conseguir la necesaria progresividad acaban siempre castigando las espaldas de los más desfavorecidos. Si a eso unimos que la otra forma de redistribuir eficazmente la riqueza es la aplicación del principio de economía de medios, tendremos claro que el aprobado incremento de la tasa de basuras no es precisamente propia de políticas de izquierdas, como deberían procurar socialistas y comunistas en el gobierno municipal. No se puede conciliar la presión fiscal sobre las clases medias-bajas con el derroche sistemático y constante de los recursos económicos municipales.
De nota es la posición del izquierdista Alarcón en este asunto. Así, su página web nos recibe con un llamativo titular, Alarcón logra que la subida de tasas no afecte a las familias con ingresos inferiores a 2,5 el IPREM. Cuando se lo leí a la momia de Lenin hizo palmas en su tumba. Alegre y contento por la increíble lucha mantenida por nuestro bolchevique líder obrero, Vladimir Ilich entonó las notas de La Internacional dando Vivas al proletariado y a IU-Los Verdes. Como saben, desde que salimos a la calle de Estepona aquel puñado de descamisados en bicicleta todos son Verdes, incluso los caducos seguidores de Antonio Murcia.Sabemos también que el descansao de Lenin olvidó, al menos mientras le duró la alegría de lo del IPREM, la posición de los suyos respecto al empobrecimiento del medio natural, la contribución a la debilidad de las instituciones públicas, - privatizaciones, deudas multimillonarias con Hacienda y Seguridad Social - y a la consagración de la injusticia enchufando definitivamente a ese montón de no-opositores que, muchos de ellos, cosas de la vida, son furiosamente anticomunistas.
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