Indignante

Indignante

Artículo de opinión de Pedro Márquez publicado en costainformación.com

No puedo más que mostrar mi más absoluta indignación, como padre de uno de sus alumnos que asistieron a la charla conferencia que el alcalde ofreció con motivo del día de la Constitución, por la actitud del señor García Urbano en este acto.

No debe aprovecharse un acto institucional, con menores de edad, para hacer política barata, para arremeter contra la Junta de Andalucía, responsabilizándola de todos los males del mundo por el simple hecho de pertenecer a otro partido político distinto al suyo.

No puedo entender cómo los responsables del centro permiten esta actitud y, además, no dan cancha a representantes de otros partidos políticos que jamás, nunca, han sido invitados por estos mismos directivos en años anteriores.

No es normal que la máxima autoridad de mi pueblo se dedique a hacer política barata llamando incluso a la rebelión contra la Junta de Andalucía invitando a los menores de edad a fletar autobuses para trasladarse a Sevilla.

No puedo tolerar la pasividad de los docentes que en ese acto se encontraban, y de la propia dirección del centro, por permitir que se utilice un centro educativo, bajo el pretexto de un acto educativo, para hacer demagogia y confundir al alumnado.

No puedo entender cómo a estas alturas aún no ha habido ningún responsable de lo que allí ocurrió que haya comparecido ante la comunidad educativa para ofrecer explicaciones.

No puedo concebir cómo los representantes de los alumnos no han exigido responsabilidades a aquellos que dieron pie a que se produjera semejante encerrona.

No puedo aceptar que ésto vuelva a ocurrir y que, por supuesto, mi hijo vuelva a ser utilizado como arma política por un alcalde ansioso de protagonismo y de aparecer ante la opinión pública como el salvador de mi pueblo.

No puedo disimular mi indignación por la absoluta negligencia, pasividad, tolerancia, de unos para el lucimiento de otro.

No pienso permanecer impasible y espero que alguien se digne a dar la cara y a explicar lo que allí ocurrió.

No quiero creer que todo estaba premeditado y que todo estaba perfectamente calculado.

No quiero que mi indignación sea permanente. No puedo.