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Saturday, July 19, 2008

La difícil encrucijada de Heredia

Diario Málaga Hoy. Domingo 21 de julio de 2008

La difícil encrucijada de Heredia
SERÍA fácil caer en la tentación de diseccionar la intervención de despedida de ayer de Marisa Bustinduy como secretaria provincial del PSOE. Sería sencillo ridiculizar ese "dolor" que la ya ex dirigente socialista asegura haber sentido cuando se le ha reprochado su permanente política del avestruz; hacer alguna broma fácil sobre sus derrotas electorales o el fiasco del Garabato; escribir sobre su antidemocrática intolerancia a la crítica o su tendencia a rodearse de perdedores y pelotilleros; recordar la escandalosa cifra de sus diferentes ingresos económicos, los vetos, las persecuciones, las prácticas tramposas de su ejecutiva que no cesaron ni en el congreso de ayer. Pero no tiene mucho sentido. Bustinduy ya es pasado, triste historia del socialismo malagueño. No me atrevería a hablar de la condición humana de la política teniendo como tiene el lector un poquito más adelante de estas líneas el magnífico artículo de José Asenjo, que las ha visto de todas clases y cada semana nos ilumina con su experiencia y análisis. Así que hoy toca, por fin, hablar de la esperanza. No estamos demasiado acostumbrados, pero en contadas ocasiones algo, alguien, nos devuelve la fe, nos alegra el día, que diría Harry Callahan. Y el nuevo alcalde de Estepona, David Valadez, propuesto ayer sin éxito por su homólogo de Coín, Gabriel Clavijo, como presidente del Congreso, nos hace creer que no todo está perdido. Los mediocres, los cobardes, los cómplices, pueden decir lo que quieran. Pero la verdad está en las hemerotecas, y el joven edil llevaba dos años predicando en el desierto de la corrupción urbanística, denunciando unas irregularidades que nadie, salvo unos cuantos medios de comunicación como éste, quería oír ni reproducir. La tendencia de los políticos a proclamar que los trapos sucios se lavan en casa, que sus problemas son internos y no de toda la sociedad a la que gobiernan, es una mala costumbre a desterrar. Sorprende la unanimidad que suscita en Málaga esa idea de omertá, esa creencia de que la democracia sólo consiste en que cada cuatro años el ciudadano elija una papeleta con una lista cerrada de nombres. Y el resto del tiempo, a tragar y callar. Por eso es motivo de alegría que el PSOE malagueño se renueve, que aparezcan nuevas figuras de referencia y crédito en la Costa del Sol, como el propio Valadez o el alcalde de Benalmádena, Javier Carnero, de la familia oficialista. Por eso podemos y debemos exigir a los socialistas malagueños cambios profundos, que muchos de sus dirigentes dejen de emular la figura del señorito andaluz que tanto dicen detestar; que abandonen el 'o conmigo o contra mí'; que exijan a la Junta el cumplimiento de sus obligaciones con Málaga (ver por ejemplo la página 12 de este periódico) sin miedo a que papá Chaves los mire mal; que se den de vez en cuando un paseo por las urgencias del Clínico o el Carlos Haya; que hablen con unos cuantos profesores no militantes; que otorguen crédito a las quejas de las familias con personas dependientes; que no den prioridad al partido sobre todas las cosas. Sólo así recuperarán el espacio perdido. Sólo así y si Miguel Ángel Heredia vuelve a ser el combativo y trabajador diputado por Málaga de las legislaturas de Aznar y no el complaciente y adoctrinado heraldo de Magdalena Álvarez y José Luis Rodríguez Zapatero de los últimos años. El nuevo líder del PSOE debe empezar a cortar amarras con el pasado. Y no dejarse dominar por él, como ocurrió ayer.