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Saturday, February 23, 2008

NACIONAL


Revista Tiempo. Sábado 23 de febrero de 2008

ROSA DÍEZ

La ex eurodiputada del PSOE cree que con su nuevo partido, UPD, va a conseguir al menos cinco escaños en el Congreso y, por tanto, podría ser decisivo.

22/02/08 Rosa Díez recibe a ‘Tiempo’ enfrascada en dar respuesta a un centenar de mensajes electrónicos desde su portátil de diseño. La pequeña y pulcra sede de Unión, Progreso y Democracia (UPD) en Madrid, en la calle Orense, bulle de actividad. El partido se fundó hace sólo unos meses y hay mucho que hacer si quiere lograr su objetivo: conseguir grupo parlamentario –es decir, al menos cinco escaños– en el Congreso de los Diputados tras las elecciones del 9-M. La mayoría de las encuestas no le dan siquiera un diputado, pero Rosa Díez está tranquila.

No le gusta en absoluto compararse con Ciutadans, que también concurre a las elecciones, pero el éxito del partido de Albert Rivera en las últimas elecciones catalanas, donde consiguió por sorpresa tres escaños, es un referente ineludible. Una prueba de que se puede crear un partido poco antes de los comicios y entrar por la puerta grande. Además, el discurso de Ciutadans tiene muchas similitudes con UPD. Quiere terminar con la política actual de apoyo al catalán en Cataluña. Promete una nueva forma de hacer política. Recibe el aplauso de los mismos intelectuales –Albert Boadella, Arcadi Espada–, aunque UPD ha logrado ir más allá al lograr que personajes conocidos fi guren en sus listas, como el escritor Álvaro Pombo, número 1 para el Senado, o el catedrático Mikel Buesa, número 2 al Congreso por Madrid.

Las comparaciones terminan ahí, al menos para Díez. Cuando se le pregunta por qué no aceptó la propuesta de Rivera de presentarse en coalición a las generales en lugar de ir cada uno por su lado, contesta: “Si hubiéramos creído que el espacio político que queremos ocupar está cubierto por otra fuerza política, nos hubiéramos afiliado o les hubiéramos apoyado en las urnas. No entramos a establecer diferencias entre unos y otros. Nosotros explicamos nuestro proyecto y punto”. Díez explica así la razón de ser de UPD: “En España hay una enorme cantidad de ciudadanos que sienten lejanía hacia la política, que se abstienen, o votan en blanco, o votan contra alguien. Es un fenómeno europeo y termina pasando factura a las instituciones. En España, esa desafección necesita de un partido que luche por regenerar la democracia, para que los ciudadanos recuperen el control sobre la política. Y además en España se han roto todos los consensos básicos”.


Recuperar competencias

UPD ofrece como receta un cambio en la Constitución para que el Estado recupere competencias, en especial la educativa. “Las competencias adscritas a las comunidades autónomas no lo están para siempre. Lo están para cumplir un objetivo: más calidad, cohesión, igualdad, competitividad. Para garantizar esos derechos fundamentales, hay que estar dispuestos a revisar las competencias establecidas en la Constitución y en algunas leyes. También los alemanes han revisado las competencias entre el Estado federal y los lander”.

Según Díez, también “hay que modificar el artículo 3 de la Constitución”, que contempla que “la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” para que cada vez que se trate de acabar con la ley lingüística catalana no lo tumbe el Tribunal Constitucional. De hecho, UPD quiere también cambiar la Carta Magna para modificar la composición de este Tribunal.

Por último, el gran proyecto del partido es cambiar la actual ley electoral, ya que entienden que beneficia a los partidos nacionalistas e impide la aparición de una tercera formación de escala nacional. Díez es muy clara: si consigue representación parlamentaria y el partido que gane las elecciones busca su apoyo, deberá “entrar a fondo en estas propuestas”. Éstas son sus grandes prioridades, de hecho, hace pocas semanas confesaba desconocer aspectos del programa económico con el que concurre al 9-M.

A la política vasca no le preocupa que algunas de sus principales preocupaciones políticas hayan sido rescatadas por otras formaciones –en especial el PP–. “Cada cual tiene que buscar su relación con los ciudadanos. Nosotros hemos visto en los tres últimos meses que tanto el PP como el PSOE han introducido en su discurso muchas de las cosas que nosotros empezamos a decir nada más nacer. Nos parece bien. Significa que hay mucha gente que tiene interés en estos debates”. Tampoco le molesta que los dos grandes partidos les acusen de robar votos a unos u otros. “Los ciudadanos no vienen con una etiqueta en el pañal que les diga que son de izquierdas o de derechas. Nadie está condenado a votar a quien ya le ha defraudado. El voto es suyo, no de los partidos”.

Díez explica que el 82% de los integrantes de UPD no ha militado en ningún otro partido. En su caso, dejó el PSOE al considerar que “se ha convertido en un instrumento de poder que para gobernar en una comunidad autónoma, Cataluña, en la que no ha ganado las elecciones, pacta con cualquier nacionalista, renegando de su propia historia. Un día llegas a la conclusión de que esto no tiene arreglo y te tienes que ir”. Ese día, cuenta, dejó el escaño en el Parlamento Europeo y decidió fundar UPD.

A pesar del cambio, Rosa Díez no se arrepiente de su paso por el PSOE. Su trayectoria política, dice, “ha merecido la pena” pues siempre ha defendido las cosas en las que cree. En eso, debe mucho a su padre, “un hombre político, que fue subofi cial de la República y fue condenado a muerte durante la guerra, pero que afortunadamente no fue ejecutado. Era un hombre riguroso, que nos enseñó a respetar la palabra dada, a preguntar, a argumentar, a respetar las opiniones de los demás sin renunciar nunca a defender las tuyas”.

Una vez más, esta mujer guerrera curtida en mil batallas está decidida a dar la cara para salirse con la suya.