Efectos retroactivos

Estepona Información. Sábado 21 de julio de 2007

Efectos retroactivos

José Gerez
No resulta fácil, en ocasiones, hacer una crónica semanal, unas veces por falta de asuntos de los que ocuparse y otras, como esta, en las que resulta difícil elegir. Es evidente que uno no puede sustraerse de comentar la generosa vena sensible y solidaria de la que ha dado muestra el ínclito hace escasos días. El anuncio de su aportación a las tan necesitadas arcas de las organizaciones no gubernamentales ha causado sensación entre los ciudadanos que se felicitan y lanzan exclamaciones de júbilo ante tan insólita y poco común decisión. Sus enemigos, que los tiene, aunque parezca increíble teniendo tan noble alma, hacen cálculos sobre la rentabilidad electoral de la medida y se dan fuertes golpes en el pecho por no haber tenido esa sensibilidad tan fuera de cálculo, tan poco interesada, tan oportuna, tan, en definitiva, clarificadora del carácter filántropo, altruista, caritativo e idealista del personaje.Sus enemigos, decía, que los tiene aunque parezca increíble, no ven las cosas igual. Los mal pensados de turno, especuladores y mal intencionados, andan contaminando a la opinión pública sosteniendo que lo que debe hacer, sin más, es bajarse el sueldo si las arcas municipales están en tan mala situación. Sostienen los malvados que cobrar cien del Ayuntamiento, cien mil euros se entiende, y destinar el 15% a obras sociales o de caridad, es hacer altruismo con el dinero de todos. Porque el dinero que le pagan, lo pagamos entre todos, y si de lo que pagamos entre todos el ínclito destina un porcentaje a labores sociales pues resulta que la generosidad no es suya, es nuestra. Y que quieren ustedes que les diga, mis obras sociales me las gestiono yo, ustedes supongo que también y, mientras pueda, me gustaría seguir siendo el que eligiera el destinatario de mi generosidad, me decía uno de los malvados a los que me refería antes.No acaban ahí las críticas. Una amiga me decía, cargada de aviesas intenciones, que si de ser solidario se trata, que lo sea con carácter retroactivo, por supuesto de su bolsillo, con lo que evitaría que se cayera en la tentación de pensar que el anuncio de esta decisión ha sido solamente oportunismo político. Mi amiga estimaba en unos cien mil euros del ala el quince por ciento de lo percibido en los últimos ocho años, con lo que, valorando por encima las urgencias del municipio, se podrían adquirir dos nuevas ambulancias o, en su defecto, resolver cualquier otra urgencia prioritaria.Esta semana, fuera de malos rollos políticos, nos dejó la extraordinaria fiesta de apertura del verano en la Discoteca Plató 68, una fiesta por todo lo alto, mujeres bonitas, glamour y champán francés. Una fiesta de categoría en la que no se echó de menos a nadie, en todo caso se echó a alguno de más. Se echó de más a quién quiso estropearla mandando a la policía municipal a retirar la alfombra y las velas que daban acceso al local, a la grúa a retirar coches de donde no estorbaban, a joder la marrana, en definitiva. Claro que no ofende quien quiere y parte de la culpa la tiene la empresa por los errores cometidos. Errores como invertir en insonorización, reformas, artistas, buena música, limitadores de sonido, puertas de emergencia y sistemas de seguridad. Invertir en todo aquello que, visto lo que hace la competencia, son gastos innecesarios y superfluos. Eso si, deje usted coches abandonados, basura o enseres en los cauces de nuestros ríos, caminos rurales o cualquier urbanización del extrarradio, no sufra, cuando vuelva lo encontrará en su sitio.