Filantópico
Artículo de opinión de Teodoro León Gross. Diario Sur miércoles 18 de julio de 2007
Filantópico
EL alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, ha decidido destinar el quince por ciento de su sueldo a una ONG, o sea, 14.500 euros, casi dos millones y medio en pesetas.
¿Y de esto ahora qué pensar? Pues, hombre, hay dos opciones:
-Opción A: quitarse el sombrero ante Barrientos, y si uno no tiene sombrero, como decía Valle Inclán, quitarse el cráneo, rindiéndose a la sensibilidad social, la generosidad altruista, los reflejos políticos y la intuición del rumboso alcalde Estepona capaz de hacer, hasta este punto, de la necesidad virtud.
-Opción B: resistirse a que Barrientos tome a los ciudadanos por gilipollas, porque, parafraseando a Churchill, se puede tomar por gilipollas alguna vez a todo el mundo o a algunas personas todo el tiempo, pero no a todo el mundo todo el tiempo. Y la cosa es así: Barrientos se pone un sueldo de cien mil euros y, al verse sorprendido, trata de salir del atolladero nada menos que por la puerta grande haciendo ese discurso filantrópico (o más bien filantópico) de dar el 15% de su sueldo a una ONG, que al final lo mismo es Alcaldes-Sin-Fronteras-De-Gasto o Intersueldos o Pastón en Acción o algo así.
En fin, seguramente Barrientos piensa a esta hora, como Victoria Beckham, que «es agotador ser fabuloso». Desde luego él también es un tipo listo, y sabe que es listo, pero al final los ciudadanos preferirían no tantas milongas encantadoras de sus alcaldes encantadores de serpientes sino que éstos no toqueteen las arcas públicas en beneficio propio, porque bien mirado incluso eso del 15 por ciento es en beneficio propio, en este caso un beneficio de imagen. La respuesta ante el escándalo de Mijas no pasa por descontarte un porcentaje y destinarlo a una ONG para disimular tus excesos bajo una pátina de buenismo, sino gestionar el dinero público con austeridad, eficacia y transparencia. En definitiva lo de Antonio Barrientos -al que acabarán llamando 'Antonio Barriendo Para Casa'- no parece que se pueda considerar que está «dentro de la razonabilidad», como ha dicho Chaves con esa tendencia suya a las palabras largas y las ideas cortas, patología política que el viejo premier Gladstone llamó sesquipedalismo. Lo de Barrientos, más que 'razonabilidad', parece de 'unmorroqueselopisa'; y la excusa de Chaves, pues eso, 'otradechavesparavariar'.
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