Valadez
Valadez
Artículo de opinión de Ignacio Martínez publicado en el Grupo Joly.
Conozco poco a David Valadez; lo he visto un par de veces. Es el alcalde de Estepona, pero parece más bien el miembro de una organización ecologista o de una ONG. Tiene pinta de buena persona, de esas a las que uno le prestaría dinero sin mediar ningún papel, en la confianza de que lo devuelve seguro. Pues resulta que lo ha imputado una juez por un presunto delito urbanístico. Es difícil de creer. No es que uno sea infalible: Valadez fue uno de los dos concejales socialistas que, sin mucho éxito, denunciaron varias veces a la dirección de su partido que en ese ayuntamiento había graves irregularidades. Era la secuela de aquella alianza rojo-colchonera que unió a Barrientos y a Crespo, un socialista con el lugarteniente de Gil Marín.
Son cosas que al común de los mortales le resultan chocantes, pero la dirección del PSOE las veía la mar de bien: todo fuera por conseguir amarrar una alcaldía más y acumular poder para conservar la diputación en el futuro. Finalmente, las denuncias de Valadez tuvieron más éxito en los tribunales que en su partido y un montón de gente acabó en la cárcel por el caso Astapa. Y, de rebote, Valadez está de alcalde, pero en precario: cuenta con 11 concejales por 14 la oposición, de los que ocho están imputados en Astapa y disparan contra él para vengarse de su delación.
Un concejal posgilista puso una denuncia en diciembre del año pasado porque el jefe de gabinete del alcalde se había hecho una vivienda ilegal en una finca de 5.000 metros, calificada de especial protección. Casa construida, por cierto, durante el mandato de Barrientos. Cuando el gilista de la oposición hizo su acusación ante la Justicia, el alcalde ya había abierto un expediente, de resultas del cual acabó multando con 157.000 euros al autor de la vivienda ilegal y decretó la demolición de la casa.
Y ahora una juez le imputa un delito por esta actuación. Con todo lo que ha pasado en la Costa del Sol estos años, en la más absoluta impunidad, esta historia parece un cuento de Navidad, que espera su desenlance feliz. Valadez no es un héroe, pero en minoría intenta sacar adelante un municipio que tiene una deuda acumulada de 164 millones de euros, herencia de la época de corrupción. Si necesita que alguien le eche una mano, no es al cuello.
<< Home