estepona

Saturday, June 27, 2009

Una superficie comercial le regaló 1.500 jamones al Ayuntamiento

Una superficie comercial le regaló 1.500 jamones al Ayuntamiento

Barrientos quería destinar los 50 que sobraron a familias desfavorecidas. La empresa pretendía que el pleno aprobara la construcción de un nuevo centro

La Opinión de Málaga. JOSÉ ANTONIO SAU. MÁLAGA
El sumario del ´caso Astapa´ revela una afición muy extendida entre los empresarios que pretenden sobornar a políticos y funcionarios: los regalos. Un ejemplo es el hecho de que una multinacional del sector de las superficies comerciales obsequió al Ayuntamiento de Estepona con 1.500 jamones. Lo curioso es que, de esa cantidad, sobraron unos 50 y el ex alcalde Antonio Barrientos pensó en regalárselos a familias desfavorecidas del municipio, antes de darle uno a su hermano.
En un informe policial, los investigadores aseguran que el director en Estepona de una gran empresa le hizo al Consistorio un jugoso regalo, 1.500 jamones, "a cambio de que se llevase a pleno la aprobación de la construcción de un centro comercial y de ocio".
Antonio Barrientos le dijo a su concejal de Deportes, Carlos Rodríguez, que sobraron cincuenta. Éstos debían ir destinados, según la tesis del ex regidor, a las familias con menos recursos de la localidad. Su hermano recibió uno de ellos. En el informe consta asimismo que el representante de esta mercantil donó presuntamente más de cien millones de las antiguas pesetas para que el Consistorio pudiera hacer frente a los gastos derivados de la iluminación navideña, preocupación que se palpa únicamente con echarle un vistazo a las grabaciones telefónicas intervenidas.
En ellas, los empresarios y los políticos se muestran sumamente cautos, ya que muchos de ellos eran conscientes de que estaban siendo investigados por la policía, sobre todo después de que estallara algunos meses antes el ´caso Malaya´ en Marbella. No en vano, hay relaciones inquietantes entre algunos de los imputados en ese asunto y los implicados en ´Astapa´.
También destaca el hecho de que el PES no cobra ni un euro a sus afiliados y, sin embargo, la formación hacía frente a diversos gastos como la edición de una revista propia.