estepona

Sunday, June 28, 2009

El señor de los hilillos


El señor de los hilillos

Artículo de opinión de Antonio Méndez publicado en el Málaga Hoy.
EN un asunto tan complejo como sacar conclusiones sobre lo que hemos conocido del sumario de Astapa en Estepona, no hay nada mejor que pedir auxilio a la literatura. Podemos darle la vuelta al drama de Francisco de Rojas porque, en este asunto, del rey abajo, casi todos. Aunque ni siquiera dejaron a salvo al monarca, cuya inauguración de un congreso mundial de agencias de noticias sirvió de coartada para pasarle el platillo a los sufridos patrocinadores.

La obra es de tal intensidad que cuesta encontrar un personaje secundario. Alcaldes, concejales, técnicos municipales, políticos, abogados, primos, novios, cuñados, esposos, periodistas con influencia y sin tanta, empresarios poderosos y venidos a menos, promotores, chiringuiteros y hoteleros. Todos bordan su papel cuando cruzan por este gran teatro de la vida esteponera. Unos exhiben su perfil de conseguidores persistentes, otros el de intermediarios influyentes, hay enchufados, figurones fantasmas y bocazas, enteradillos y listos, villanos y, por supuesto, dos supuestos hombres buenos: David Valadez y Cristina Rodríguez. El partido no quiso prestarles atención y ellos decidieron quemar ante la justicia los muebles de una casa socialista que apestaba. Y un mes de octubre de 2006 ante la Fiscalía anticorrupción cambiaron sus vidas. Ojalá que el futuro les depare más días de gloria que noches de pesadilla.

Puro costumbrismo en nuestro siglo XXI. Aunque se deslicen escenas de vodevil. Conversaciones de móvil donde se mezcla el negocio, la preocupación por la familia o por el campeonato de liga. Charlas en el golf, mientras se pacta el montante entre hoyo y hoyo. Padres con porte senatorial que quieren asegurarse el futuro laboral de un hijo. Tráfico de influencias para conseguir que el Ayuntamiento repare una avería de agua en el hogar. ¿Y qué potentes argumentos pueden razón de ser a tan este denso entramado ? El dinero y la ambición. Los únicos capaces de agitar la naturaleza humana. Pasta para sí, para el partido o hasta para el Ayuntamiento. La normalidad. Todos ganan, ganamos todos.

Sodoma y Gomorra en manos de el señor de los hilillos, como se definió a sí mismo José Flores Simón, el jefe de gabinete del alcalde Antonio Barrientos. Él sí que más que un capítulo aparte merece una trilogía.