Saltan chispas
al margen
Saltan chispas
Málaga Hoy. Ramón Triviño
DURANTE los últimos días asistimos en Málaga a un intenso y amplio debate sobre la necesidad, o no, de poner límite a los sueldos de los responsables de las diferentes administraciones y empresas públicas, así como a los cargos de confianza que desarrollan su labor en ellas. Han sido muchos los que ya han puesto de relieve las dificultades para abordar este problema por la enorme variedad de aristas que presenta y también por la posibilidad de que más de uno intente ejercer la demagogia a cuento de un debate que es visto con simpatía por los ciudadanos, especialmente por las circunstancias económicas que se atraviesan.
Dejando de lado la esencia de la polémica, lo cierto es que su puesta en escena ha provocado que se visualicen ciertas desavenencias en el seno del Partido Popular, cuyo jefe de fila regional, Javier Arenas, presume de ser el mentor de una iniciativa que, por ejemplo, no ha sido acogida con demasiado entusiasmo por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que aunque se mostró dispuesto a asumir las consignas de su partido, se ha apresurado a poner de manifiesto la complejidad de su puesta en práctica, sobre todo por la variedad de situaciones que se dan en la realidad cotidiana.
La postura del regidor malagueño, siempre muy celoso en la defensa de la autonomía municipal, se complica por la acción de la oposición municipal que en el último pleno del consistorio volvió a presentar una moción para que 25 cargos del Ayuntamiento de Málaga dejasen de cobrar más que el propio alcalde. Una iniciativa que fue rechazada por la mayoría popular que aprovechó las circunstancias para colocar esta pelota en el tejado de la Junta de Andalucía mediante la aprobación de otra moción para que, con la colaboración del PP-A y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), el Ejecutivo regional inicie un proceso de regulación de los salarios de los altos cargos públicos de las administraciones autonómica y local en la comunidad. De momento, todo se queda como está, aunque tras la posterior denuncia del comité de empresa de la Gerencia de Urbanismo, una decena de ex jefes cobra más que los actuales responsables de los cargos que ocuparon, parece que el "statu quo" no puede mantenerse mucho tiempo.
De otra parte, el debate sobre las retribuciones y sus limitaciones también ha hecho saltar chispas entre Arenas y Elías Bendodo que fue el que permitió que en Estepona Ignacio Mena metiera las tijeras a los sueldos del equipo de Gobierno, manteniendo los de la oposición. Tirón de orejas para el tiburón malagueño y rectificación de una medida que, se mire por donde se mire, es, además de una metedura de pata, impresentable.
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