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Sunday, September 27, 2009

Un gobierno en la sombra


Un gobierno en la sombra

Estepona vive sus horas más bajas con luchas por el poder y una situación económica que sitúa al Ayuntamiento al borde del caos
SUR. M. J. CRUZADO / MERCEDES PERIÁÑEZ -YEDALAMO | ESTEPONA

La política hace extraños compañeros de viaje. El Partido Popular de Estepona se ha aliado con imputados por corrupción y ex gilistas para dar un golpe de estado a las esquilmadas arcas municipales. La alianza a tres bandas le ha proporcionado desde la oposición la mayoría que necesitaba para sacar adelante en el último pleno una moción sin precedentes. Bajo el eufemístico nombre de 'Plan de ayuda a las familias, a las empresas, al empleo y de austeridad municipal' han recortado los salarios del equipo de gobierno (no así los suyos) y eliminado algunos de los impuestos y tasas básicos de los que se nutren las cuentas del municipio malagueño, en números rojos desde hace años.
Con más de 160 millones en deudas con Hacienda, los bancos y cientos de proveedores haciendo cola para cobrar, el ayuntamiento costasoleño, en KO técnico, dejará de ingresar 10 millones de euros al año cuando se elimine la tasa de la basura, el alcantarillado y las licencias por apertura de establecimientos. La medida, que también incluye congelar el resto de las ordenanzas fiscales, aún no es definitiva. El alcalde, David Valadez (PSOE), ha pedido a la Intervención y Secretaría municipales que echen cuentas para estudiar la viabilidad de la moción auspiciada por los populares con el beneplácito de su ejecutiva provincial. «Roza la prevaricación», dice el regidor. «Es una solución temporal para salvar la complicada situación del Consistorio», responde la oposición.
La supresión de impuestos auspiciada por el PP viene a torpedear aún más la situación de asfixia económica de Estepona aunque le asegura un buen puñado de votos cara al polvorín que serán las próximas elecciones en el localidad. La Plataforma de Vecinos, que aglutina a decenas de colectivos y cuyo portavoz está en la ejecutiva del Partido Popular, ha demandado con manifestaciones multitudinarias la supresión de estas tasas desde 2007.
La moción del PP no es la única zancadilla que la oposición le ha puesto a Valadez desde que llegó a la Alcaldía tras estallar el 'caso Astapa', operación policial con 63 imputados que salpicó al tejido político, económico y social de Estepona y desmembró su gobierno. Fue el propio Valadez, junto a otra edil, el que la destapó al presentar una denuncia contra sus compañeros de partido, con quienes compartía gobierno durante el mandato de Antonio Barrientos.
Este gesto fue el que a la postre le permitió convertirse en alcalde, pero también el que le procuró enemigos irreconciliables. Antes del plan de austeridad la oposición logró quitar las competencias que el equipo de gobierno tenía delegadas desde hace diez años en la Junta de Gobierno Local e impidió la aprobación de un crédito de 38 millones para pagar las deudas que se arrastran con los empresarios desde 1992.
La revancha se hace sentir en cada pleno. Quienes tiempo atrás fueron enemigos políticos ahora se dan la mano para convertirse en un equipo de gobierno en la sombra. El PP, encabezado por Ignacio Mena y apoyado por el presidente provincial de la formación, Elías Bendodo, lidera la oposición. No se le escapa que en Estepona puede estar la llave del próximo gobierno de la Diputación Provincial. Le acompañan el Partido Estepona (PES) -un grupo que constituye el último resabio del GIL en la Costa liderado por José Ignacio Crespo, ex mano derecha de Jesús Gil Marín e imputado en 'Astapa'-, y los ediles expulsados del PSOE tras su imputación en la presunta trama de corrupción municipal.
Extrañas alianzas
El objetivo de bombardear al alcalde ha borrado del mapa guerras e insultos pasados. Unos por ambición política, otros por venganza y algunos posiblemente por ambos motivos, se han conjurado para hacer imposible el gobierno a Valadez. Así, el apoyo a los recortes de salarios e impuestos ha sacado a la luz situaciones cuanto menos paradójicas. El que realizó la reforma fiscal que supuso la creación de las tasas que ahora se eliminan, el entonces concejal socialista Francisco Zamorano, ha sido ahora uno de los defensores de la propuesta del PP. «Las políticas fiscales son coyunturales», justifica el ahora edil no adscrito.
Precisamente, la falta de ingresos económicos es el talón de Aquiles del Consistorio. «La situación es caótica, terrible», reconoce el alcalde. La principal losa económica del Ayuntamiento de Estepona es su plantilla municipal. Más de 1.300 trabajadores, muchos de ellos incorporados 'a dedo' a través de las empresas municipales, sin seguir ningún proceso de selección. Pagar sus emolumentos, unos cinco millones, se convierte cada mes en un verdadero quebradero de cabeza para el Consistorio, que ha sufrido en el último año cortes de teléfono, electricidad y hasta combustible.
La actividad urbanística en este municipio costero alimentó durante los últimos años las arcas municipales y sufragó gran parte de la gestión. Hasta 31 millones se llegaron a recaudar en 2005. Todo cambió con la caída del sector. Los ingresos se desplomaron y sacó a la luz una economía debilitada, que no había contemplado mecanismos alternativos para sobrevivir. Comenzaron entonces las dificultades y las luchas intestinas por el poder.