Una de deseos

Una de deseos

En 2009 hay que recordar especialmente que la felicidad no tiene nada que ver con las estadísticas · Y a nuestros dirigentes políticos les deseamos cambios, muchos cambios con respecto a 2008

Málaga Hoy. ACABA el año y 2009 se presenta a la vuelta de la esquina cargado de miedos aunque también de buenos deseos, la mayoría de la cuerda Virgencita, que me quede como estoy. Para muchos, a pesar de la crisis, el año que viene será el más importante de sus vidas. Para el resto toca resistir, ser optimistas, seguir luchando. A nuestros dirigentes políticos, les deseamos lo siguiente:

A Francisco de la Torre: Que entienda de una vez que consenso no es igual a agotar a base de reuniones a sus interlocutores para imponer su punto de vista. Que recupere el tono y la altura de su discurso y se deje de agravios irresolubles. Estuvimos orgullosos de él cuando habló en nombre de Málaga ante los golpes miserables de ETA. Que volvamos a estarlo. Que de veras escuche la opinión de personas menores de 50 años. Ellos y sus hijos son los que heredarán la Málaga sobrada de cemento y coches y falta de verde que está construyendo.

A María Gámez: que no vuelva a caer en el error de confundir Junta con oposición municipal o con financiadora de mociones de censura. Que pelee en Sevilla por evitar los ninguneos a la provincia, como el alarmante y calculado retraso del Metro hasta después de las municipales o el del tren litoral. Que no se deje dominar por su partido, sino por los intereses de los malagueños. Que no olvide los compromisos de sus antecesores, como el cinturón verde. Que sea ella misma y no una marioneta de nadie.

A Magdalena Álvarez: Un saco de autocrítica, un frasco de humildad y toneladas de tolerancia. A la temperamental ministra de Fomento no le deseamos la continuidad en su cargo. Ese es un deseo para Málaga y Andalucía. Que siga haciendo su trabajo.

A Heredia y Bendodo: que recuerden que la juventud no tiene ningún mérito, es sólo cuestión de tiempo. Que empiecen a demostrar que tienen otra forma de hacer política. Que recuperen el lobby por Málaga. Sólo para Miguel Ángel: que encuentre un candidato socialista para Málaga que aúne las ganas de Rafael Fuentes, el tesón de Magdalena Álvarez, la formación y proyección de Bernardino León Gross, la astucia pícara de Martín Delgado y la simpatía de Trinidad Jiménez. Sólo para Elías: que en sus decisiones prime siempre el pequeño regalo que recibirá el año que viene.

A David Valadez: dinero, mucho dinero. Pero no para él, sino para el Ayuntamiento que dirige con sacrificio y en el que cada mes tiene que hacer funanbulismos para pagar las facturas de la luz, el teléfono y las nóminas. Estepona merece al fin un alcalde como él.

A María Jesús Montero, consejera de Salud: una actitud más pacífica, más constructiva y menos lobos, Caperucita. Que cumpla sus responsabilidades y lance menos ultimatums agresivos al Ayuntamiento a propósito de la tomadura de pelo del megahospital. Carbón.

A Salvador Pendón: Que se parezca más al sensible escritor de su blog que al irascible barón que ha controlado el partido desde la Diputación todos estos años.

A Enrique Sanjuán, titular del único Juzgado Mercantil: un compañero de fatigas. A Miguel Briones: un espejito y un juego de dardos, para que deje de ser la diana habitual cuando se busca un culpable. A Pedro Moreno: una manga un poco más ancha. A Enrique Linde: una rama de romero para curarle el mal de ojo al Plan del Puerto. A Hilario López Luna y Josefa López: un cursillo para superar el miedo escénico a hablar en público y a la prensa. Al comisario, Juan Jesús Peñalver: no le hace falta nada, ya ha pasado lo peor. A Marín Lara: que su veleta deje de girar.

A todos: que recuerden que la felicidad no depende de las estadísticas.