Lamentos en el aire

Editorial Estepona Información. Sábado 29 de marzo de 2008

Lamentos en el aire

Se veía venir pero todos se resistían a creerlo. La Semana Santa, ese bálsamo que se espera para poder aguantar hasta los meses cálidos, y para recuperarse de los pésimos enero y febrero, no ha sido tal, incluso ha venido a prolongar la larga lista de meses malos que viene padeciendo el sector turístico, el de todos los que viven en la Costa del Sol, aunque su actividad principal sea otra, como la agricultura o la mecánica, porque todo va en íntima unión económica. Y es cierto que el clima no fue nada bueno, pero eso sólo hubiese afectado, como de hecho ocurrió, a las procesiones, porque la climatología no hubiese sido un obstáculo, como así parece en otros municipios cercanos, si Estepona tuviese los deberes hechos y se hubiese tenido la promoción adecuada.

En ‘ El Debate’ de Estival Televisión se dieron algunas de claves de por qué un balance tan negativo, notas al margen de profesionales que viven, en primera persona, los avatares de este sector, el turístico, tan sensible a cualquier alteración sea del tipo que sea. Los hoteleros se lamentan menos, lloran sólo con un ojo, la ocupación ha sido baja, pero han tenido negocio, aunque sea a precios irrisorios, aunque haya habido hoteles de cuatro estrellas ofertando habitaciones dobles a menos de sesenta euros con desayuno. Al menos han movido la caja, y eso en los tiempos que corren es mucho.

Distinto ha sido para el resto de gremios que viven de forma directa de los turistas. La restauración sí ha notado, y de qué manera, el bajón. Se confirma que ésta ha sido la peor Semana Santa de la última década, que no ha habido negocio y que las esperanzas depositadas en estos días, se esfumaron en los primeros compases de la semana. Otros que también lo han notado son los profesionales del volante, los taxistas, que con tono de lástima, destacan que Estepona no se ha movido y, porque les gustaría que la imagen fuese siquiera compartida, sí destacan que los atascos sólo se han producido en Marbella, a la entrada de Puerto Banús. Con estos resultados, y sus comentarios llenos de pesimismo, surgen conclusiones muy negativas a las que, por ahora, no se da respuesta y menos aún desde los responsables políticos, si es que los hay, del turismo en el Ayuntamiento.

Es muy preocupante que hayan venido menos turistas que otros años y que los que han venido lo han hecho a precio casi de saldo. Es alarmante que esos turistas no hayan hecho prácticamente ningún gasto en Estepona y que, al parecer, sus salidas, las pocas salidas, las hayan hecho a otras localidades cercanas, Marbella, por ejemplo. Pero si esto es grave, más lo es que los industriales lamenten que desde el Ayuntamiento nadie se interese por ellos, que los hoteleros hayan tenido que pedir al alcalde que intervenga y que sea él su interlocutor ante la dejadez del concejal del área. Triste situación a la que los empresarios quieren poner remedio proponiendo fórmulas si es que hay alguien a quien de verdad le pueda interesar lo que está pasando y como afrontarlo de la mejor manera posible.

Rafael Montesinos debería recapacitar en que, además del estacazo político recibido en las elecciones municipales y, más recientemente, en las autonómicas, en estos momentos tiene al sector turístico, ese al que se supone que representa, aburrido de él.