Los vecinos protestan por el mal olor en el paseo marítimo provocado por la desembocadura del río Calancha
Diario Sol. Miércoles 21 de noviembre de 2007
Los vecinos protestan por el mal olor en el paseo marítimo provocado por la desembocadura del río Calancha
El Ayuntamiento afirma que la la solución es inviable en estos momentos
Es un problema enquistado en el tiempo. Si han pasado por el paseo marítimo se habrán dado cuenta del mal olor que hay en el tramo cercano a la plaza de Las Gaviotas. Un mal olor que proviene de la desembocadura del río Calancha, que pasa soterrado por la calle Terraza hasta la playa y que, al parecer, lleva aguas residuales. Una situación que denuncian tanto los vecinos de la zona como los viandantes.
El mal olor que genera la desembocadura del río Calancha, que pasa soterrado por la calle Terraza y que llega a este punto de la playa de La Rada, ha llegado a ser insoportable para los peatones que caminan habitualmente por el paseo marítimo y para los vecinos de la zona, que no entienden cómo se produce esta situación en una de las zonas más concurridas del municipio.
Así nos lo cuenta Pedro Umbría, un vecino de la zona, que afirma que no sólamente se trata de malos olores. "Este problema atrae a muchos insectos que pueden provocar enfermedades para los que vivimos o trabajamos en la zona", protesta.
Un hedor que, además, hace que muchos se quejen de la imagen turística que se está dando del municipio. "El paseo marítimo tiene un encanto especial y su imagen se está viendo deteriorada", añade Umbría.
Por todo ello, los vecinos piden al Consistorio que de una solución definitiva. Sin embargo, según explica el concejal de Infraestructuras, Rafael Duarte, éste es un problema histórico del municipio, que tiene su causa en la antigüedad del sistema de canalizaciones de algunas viviendas del casco urbano, que vierten, de forma ilegal, las aguas fecales directamente al río. Una situación para la que, de momento, no hay solución posible, a pesar de las múltiples propuestas de los vecinos.
Ángeles Marín, que regenta un bar en la zona, explica que ya se han puesto quejas en el Ayuntamiento, pero que sólo se le dio una solución temporal para el verano y el problema persite en invierno. "La solución sería canalizarlo y entubarlo hasta dentro de la playa pero nadie está dispuesto a darle esa solución", propone esta vecina.
Unas soluciones que para el edil de Infraestructuras serían sólo un parche que, además, incumple la normativa relacionada con el saneamiento que, precisamente, impide que las aguas residuales se viertan al mar.
Y es que, según Duarte, la solución definitiva al problema pasaría porque esos vertidos ilegales no se produzcan. Con esta intención, se realizó recientemente un rastreo para intentar localizar en qué puntos del casco antiguo se producían estos vertidos ilegales, aunque la antigüedad de las canalizaciones impidió su detección. Por tanto, la única solución posible, según el edil, sería levantar todo el casco antiguo. Una medida inviable en estos momentos, dado el elevado coste que supondría.
Por eso, el Ayuntamiento tapia durante la temporada estival la desembocadura del río, evitando durante esos meses que se produzca el vertido, para después volver a permitirlo. Una solución que, no obstante, no convence a los vecinos.
Los vecinos protestan por el mal olor en el paseo marítimo provocado por la desembocadura del río Calancha
El Ayuntamiento afirma que la la solución es inviable en estos momentos
Es un problema enquistado en el tiempo. Si han pasado por el paseo marítimo se habrán dado cuenta del mal olor que hay en el tramo cercano a la plaza de Las Gaviotas. Un mal olor que proviene de la desembocadura del río Calancha, que pasa soterrado por la calle Terraza hasta la playa y que, al parecer, lleva aguas residuales. Una situación que denuncian tanto los vecinos de la zona como los viandantes.
El mal olor que genera la desembocadura del río Calancha, que pasa soterrado por la calle Terraza y que llega a este punto de la playa de La Rada, ha llegado a ser insoportable para los peatones que caminan habitualmente por el paseo marítimo y para los vecinos de la zona, que no entienden cómo se produce esta situación en una de las zonas más concurridas del municipio.
Así nos lo cuenta Pedro Umbría, un vecino de la zona, que afirma que no sólamente se trata de malos olores. "Este problema atrae a muchos insectos que pueden provocar enfermedades para los que vivimos o trabajamos en la zona", protesta.
Un hedor que, además, hace que muchos se quejen de la imagen turística que se está dando del municipio. "El paseo marítimo tiene un encanto especial y su imagen se está viendo deteriorada", añade Umbría.
Por todo ello, los vecinos piden al Consistorio que de una solución definitiva. Sin embargo, según explica el concejal de Infraestructuras, Rafael Duarte, éste es un problema histórico del municipio, que tiene su causa en la antigüedad del sistema de canalizaciones de algunas viviendas del casco urbano, que vierten, de forma ilegal, las aguas fecales directamente al río. Una situación para la que, de momento, no hay solución posible, a pesar de las múltiples propuestas de los vecinos.
Ángeles Marín, que regenta un bar en la zona, explica que ya se han puesto quejas en el Ayuntamiento, pero que sólo se le dio una solución temporal para el verano y el problema persite en invierno. "La solución sería canalizarlo y entubarlo hasta dentro de la playa pero nadie está dispuesto a darle esa solución", propone esta vecina.
Unas soluciones que para el edil de Infraestructuras serían sólo un parche que, además, incumple la normativa relacionada con el saneamiento que, precisamente, impide que las aguas residuales se viertan al mar.
Y es que, según Duarte, la solución definitiva al problema pasaría porque esos vertidos ilegales no se produzcan. Con esta intención, se realizó recientemente un rastreo para intentar localizar en qué puntos del casco antiguo se producían estos vertidos ilegales, aunque la antigüedad de las canalizaciones impidió su detección. Por tanto, la única solución posible, según el edil, sería levantar todo el casco antiguo. Una medida inviable en estos momentos, dado el elevado coste que supondría.
Por eso, el Ayuntamiento tapia durante la temporada estival la desembocadura del río, evitando durante esos meses que se produzca el vertido, para después volver a permitirlo. Una solución que, no obstante, no convence a los vecinos.
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