estepona

Friday, October 27, 2006

Manifestaciones



Artículo de opinión de Gerardo Galán emitido en Cadena Ser Costa del Sol el 23 de octubre.

Manifestaciones

Aunque parezca mentira, no todo lo que se pide en la calle gritando tiene por qué ser aplaudido. Y eso lo dice alguien que, como yo mismo, ha participado en cientos de manifestaciones, legales e ilegales. Pero hay veces en las que no me creo ni las motivaciones, ni los objetivos, ni los compañeros de pancarta.Esto es lo que me pasó la semana pasada con la concentración de los campitos. Sí, es cierto que estoy por el derecho constitucional a una vivienda digna. Y es cierto que me parece injusto el que a los grandes propietarios se les dé un trato y a los pequeños otro completamente distinto en los planes de ordenación. Hasta ahí, estamos de acuerdo. Sin embargo, las manifestaciones de los diseminados rurales esconden alguna que otra mentira, y más de dos trampas. No me voy a andar por las ramas y procuraré ser sincero, como casi siempre. No es verdad que la motivación de los convocantes sea, salvo excepciones, la de “la vivienda digna para sus hijos”. Más bien se está reinvindicando el derecho a tener una segunda vivienda para hacer paella los domingos y, si se tercia, venderla al mejor postor. No es cierto que, salvo excepciones, se esté protegiendo el medio natural, el campo, sino que se está abandonando, plagándolo de piscinas y praderas de césped para, me repetiré, hacer paella. Estaría de acuerdo con los manifestantes si se pidiese una legislación racional, un estudio de la realidad parcelaria, unos límites de superficie apropiados, racionales, verdaderos estudios de impacto ambiental. Y después, en consecuencia, legalizar las construcciones que lo mereciesen.Los manifestantes del otro día, y los convocantes, saben que eso no es así para muchas de las construcciones. Pero quieren la amnistía para todas. Lo siento, desde mi punto de vista eso sería imposible. ¿O quieren que les mienta?.Ni siquiera en período preelectoral. Porque esa es la otra cuestión, los partidos acompañantes, o son culpables directos de la situación o se quieren apuntar al carro de todos los votos posibles e imposibles. O son los que benefician en los planes exclusivamente a los grandes. Si yo fuese propietario de un diseminado rural, andaría con cien ojos en esas concentraciones.