Dictadura
Dictadura
Artículo de opinión de Gerardo Galán
Que la derechona nos gobierna en Estepona no es algo que a estas alturas sorprenda a nadie. Nuestro Alcalde, el Notario como le gusta ser llamado, no ha hecho más que dar cumplidas muestras de absoluta falta de respeto a cualquier valor democrático.
Impone dentro de sus filas un férreo control a personal sus concejales, que más parecen meros ejecutores de órdenes que políticos con criterio propio y principios ideológicos y éticos. Ellos sabrán qué hacen obedeciendo ciegamente al personaje. Y traspasa, y ahí está lo grave, al resto de la sociedad esteponera sus formas, sus maneras dictatoriales y su exclusiva forma de entender la administración pública: Hace lo que le da la gana, “la calle es suya”, parafraseando al presidente de honor de su partido, el exministro de Franco Manuel Fraga.
El ultimátum planteado a los sindicatos municipales, obviando el carácter constitucional de la negociación colectiva, es otra muestra más de su carácter. Le importan tres pimientos los principios legales y constitucionales ya que se ha puesto como misión “sacar adelante” su propio proyecto a costa de lo que sea. No seré yo el que niegue la necesidad urgente de acometer medidas respecto al principal problema de la gestión municipal: el desmesurado gasto en personal que estrangula cualquier posibilidad de gestión. Sin embargo, jamás se me ocurriría resolverlo incrementando el salario de sus propios concejales. Tampoco me permitiría contratar a cargos de confianza multimillonarios y, ni muchísimo menos, cargar el problema de la plantilla municipal a los sindicatos amenazándoles, negándoles su carácter constitucional y poco más que acusándoles de los males que ellos mismos, también los del PP, contribuyeron a crear.
No me gustan las formas de este señor, el Notario, que ha comenzado su andadura concediendo favores a su amigote Garó y compatibiliza esa amabilidad con el desprecio a la democracia y las amenazas a los legítimos representantes de los trabajadores. Ni teniendo 17 concejales podemos permitir los esteponeros comportamientos dictatoriales. Ni del Notario ni de nadie.
Artículo de opinión de Gerardo Galán
Que la derechona nos gobierna en Estepona no es algo que a estas alturas sorprenda a nadie. Nuestro Alcalde, el Notario como le gusta ser llamado, no ha hecho más que dar cumplidas muestras de absoluta falta de respeto a cualquier valor democrático.
Impone dentro de sus filas un férreo control a personal sus concejales, que más parecen meros ejecutores de órdenes que políticos con criterio propio y principios ideológicos y éticos. Ellos sabrán qué hacen obedeciendo ciegamente al personaje. Y traspasa, y ahí está lo grave, al resto de la sociedad esteponera sus formas, sus maneras dictatoriales y su exclusiva forma de entender la administración pública: Hace lo que le da la gana, “la calle es suya”, parafraseando al presidente de honor de su partido, el exministro de Franco Manuel Fraga.
El ultimátum planteado a los sindicatos municipales, obviando el carácter constitucional de la negociación colectiva, es otra muestra más de su carácter. Le importan tres pimientos los principios legales y constitucionales ya que se ha puesto como misión “sacar adelante” su propio proyecto a costa de lo que sea. No seré yo el que niegue la necesidad urgente de acometer medidas respecto al principal problema de la gestión municipal: el desmesurado gasto en personal que estrangula cualquier posibilidad de gestión. Sin embargo, jamás se me ocurriría resolverlo incrementando el salario de sus propios concejales. Tampoco me permitiría contratar a cargos de confianza multimillonarios y, ni muchísimo menos, cargar el problema de la plantilla municipal a los sindicatos amenazándoles, negándoles su carácter constitucional y poco más que acusándoles de los males que ellos mismos, también los del PP, contribuyeron a crear.
No me gustan las formas de este señor, el Notario, que ha comenzado su andadura concediendo favores a su amigote Garó y compatibiliza esa amabilidad con el desprecio a la democracia y las amenazas a los legítimos representantes de los trabajadores. Ni teniendo 17 concejales podemos permitir los esteponeros comportamientos dictatoriales. Ni del Notario ni de nadie.
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