estepona

Thursday, December 17, 2009

Desvergüenza del PP


Desvergüenza del PP

Artículo de opinión de Román Orozco publicado en El País.
La noche del pasado domingo, Javier Arenas y Cristóbal Montoro cenaron con Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sanz, presidentes de las comunidades autónomas de Galicia y de La Rioja. Objetivo declarado: preparar la intervención de los presidentes autonómicos del PP en la Conferencia de Presidentes que se celebraría al día siguiente en el Senado. Objetivo inconfeso: dinamitar esa conferencia, por orden del jefe, Mariano Rajoy.

Los andaluces Arenas y Montoro, como vicesecretario de Política Local y Autonómica y coordinador de Economía y Empleo del PP, respectivamente, tienen sobrada experiencia en boicotear este tipo de encuentros.

Montoro dice a todo que no. Arenas sostiene que todo lo que le proponen los socialistas es propaganda, que sólo sirve para pavonearse en una foto. A estos dos dirigentes lo mismo les da un pacto entre presidentes autonómicos sobre algo tan urgente y dramático como el paro, que el VII Acuerdo de Concertación suscrito hace unos días por el Gobierno andaluz con empresarios y sindicatos. Un acuerdo que aportará 19.000 millones en cuatro años para dinamizar la economía y combatir el desempleo.

Los presidentes regionales del PP cumplieron el lunes con lo pactado en la cena: rechazar cualquier propuesta de Zapatero. Además, tildaron de propagandístico el encuentro.

De nada sirvió que Zapatero terminara aceptando nada menos que 16 de las 20 propuestas que llevaba el PP a la cumbre presidencial. Es decir, el PP rechazó apoyar un texto que ellos habían redactado nada menos que en un 80% de su contenido porque, dijeron, no tuvieron tiempo de estudiarlo.

Zapatero solo rehusó dos cosas: una rebaja del coste del despido y una bajada de impuestos. Todo lo demás fue asumido por los socialistas.

Ha quedado claro que a los populares, y de manera muy especial a Rajoy y a Arenas, no les interesa acordar nada con los socialistas. La única oportunidad que tienen ambos de seguir en la vida política y continuar al frente de su partido es ganar las próximas elecciones. Rajoy ha perdido ya dos veces, Arenas tres. Una nueva derrota los enviaría directamente a las listas del Inem o a la jubilación.

¿Qué importa que cuatro millones de parados estén hoy más deprimidos que hace 72 horas? Es posible que un acuerdo el pasado lunes no lograra reducir esa cifra de manera inmediata. Pero es cierto que habría infundido esperanza a quienes buscan trabajo y confianza a quienes deben crear empleo, los empresarios.

Pero para estos desesperados líderes, que ven crecer sus expectativas electorales conforme avanza la crisis, lo que cuenta es su victoria personal en las elecciones próximas. Quieren volver al poder a cualquier precio.

Esa voraz ambición de los populares tiene estos días otro ejemplo palpable: Estepona.

Visto desde la perspectiva de la política nacional, lo de Estepona parece un problema menor. Pero no lo es. No lo es porque estamos ante la quintaesencia del fullerismo político.

El caso se resume así: el alcalde socialista David Valadez ha sido imputado por una juez de Estepona por prevaricación urbanística en relación con una casa que se construyó su ex jefe de gabinete Luciano Sánchez. La denuncia la interpuso un edil que militó en las filas del gilismo, aliado ahora del PP.

Pero hay sobrada documentación oficial que prueba que fue precisamente Valadez quien multó con 157.000 euros al infractor y ordenó la demolición de la vivienda ilegal, casi cuatro meses antes de que la juez decidiera imputarlo.

Sorprende que esa juez no haya consultado esos documentos. No es ninguna sorpresa, sin embargo, que sobre lo que parece un error judicial el PP haya montado una indigna campaña contra un alcalde inocente.

El afán por tomar el poder, en este caso en Estepona, a cualquier precio, produce estas desvergüenzas.