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Sunday, November 23, 2008

Chantaje en Estepona

Chantaje en Estepona

El alcalde socialista de Estepona Antonio Barrientos pedía a empresarios `sponsorización´ para darles licencias de obras. Muchos, unos veinte según el sumario, aceptaron la extorsión y pagaron. Entre ellos, Javier Merino, marido de Mar Flores, acusado de cohecho y que pagó casi 300.000 euros, según la instrucción.

Interviú. Reportaje por: Luis RENDUELES / Manuel MARLASCA

El programa era ambicioso: los Reyes inaugurarían el Congreso Mundial de Agencias de Noticias en Estepona, donde también intervendrían el presidente andaluz, Manuel Chaves, y el presidente del Senado, Javier Rojo. Además, habría un discurso grabado del entonces presidente ruso, Vladimir Putin. Todo costaba un millón de euros, un precio estratosférico para un ayuntamiento pequeño, como el de Estepona (Málaga), que cuenta con unos 60.000 habitantes. Pero el alcalde Antonio Barrientos (PSOE) sabía de dónde sacar el dinero. En el sumario de la operación Astapa, por la que el alcalde, su jefe de gabinete y dos concejales están en prisión y otras 55 personas siguen imputadas, constan grabaciones telefónicas e informes policiales que revelan su método de financiación: presionar a empresarios con licencias y permisos pendientes para construir en la ciudad para que “sponsoricen” los actos organizados por el consistorio.

Así se agilizaban las licencias urbanísticas. Así, el 17 de octubre de 2007 –una semana antes del comienzo del Congreso Mundial de Agencias–, José Flores, jefe de gabinete y mano derecha del alcalde, se reunió a comer con Javier Merino, empresario y marido de la modelo y actriz Mar Flores, en el restaurante La Menorah. La cita fue vigilada por la policía. Merino tenía pendientes dos convenios para poder hacer obras en Estepona, en otros tantos terrenos conocidos como La Dalena y Loma Redonda. En una de sus declaraciones como imputado, Merino afirmó: “Las reuniones con José Flores han sido para quejarse de los problemas urbanísticos del ayuntamiento” y para contactar con el alcalde, “que me daba largas”.

Durante la comida, y según el sumario, José Flores llamó por teléfono al alcalde Barrientos y le aseguró: “Cuenta con 60.000 euros de parte de Merino”. En el informe policial se asegura que el marido de Mar Flores llegó a ponerse al teléfono para recordar la causa de su generosidad: “A ver si nos empezamos a ayudar todos mutuamente”, le dijo. Después de esa conversación, Flores, su primo Juan Simón –acusado de ser testaferro de la trama y en libertad bajo fianza– y Merino acudieron a una reunión con el alcalde al hotel H10 Estepona Palace. “El Grupo Mena –del que Javier Merino es consejero delegado– se porta bien”, llegan a decir los jefes del ayuntamiento.

Como Merino, otros empresarios pagaron para sufragar el Congreso Mundial de Agencias de Noticias, el mayor acontecimiento de la historia en Estepona, según los responsables del consistorio de la Costa del Sol. Unos veinte, según el sumario, aportaron distintas cantidades para patrocinar ese y toda clase de actos en una ciudad que acabó teniendo un programa de fiestas digno de una gran capital europea: festivales de reggae, veladas de flamenco, certámenes de cine fantástico y de terror, Los Del Río, Estepona Rock, Dover, Pereza, Simple Minds, Miguel Bosé, Los Ronaldos, Ariel Rot... Todo a mayor gloria del alcalde y su equipo de gobierno. Según el sumario, algunos empresarios pagaron uno de los conciertos flamencos con una caja de puros donde había “12.000 euros en billetes de quinientos”.

Javier Merino ha declarado ante la policía y la juez instructora del caso, Isabel Conejo, en calidad de imputado por cohecho. Negó haber realizado esos pagos, pero admitió sus problemas con el ayuntamiento. “Las relaciones con ellos han sido muy desgraciadas. Hace siete u ocho años, compramos unos terrenos y nos tiramos cinco años” [hasta poder construir doscientas viviendas], afirmó. Merino admitió que algunos de sus empleados en la oficina de Estepona le comentaron “que [desde el ayuntamiento] les pedían esponsorizaciones para eventos o fiestas”.

De la declaración de Merino se desprende el funcionamiento de la red corrupta del Ayuntamiento de Estepona. Según informes del sumario, el alcalde usaba a su jefe de gabinete, José Flores, para “ejercer presión” sobre los empresarios. Según la investigación, Flores, conocido en Estepona como el loro colorao por un viejo chiste (“no sabe hacer nada, pero los demás le llaman ‘el jefe’”), utilizaba como intermediario para lograr dinero a su primo Juan Simón, empresario e imputado en la causa. De hecho, en el sumario consta que una empresa de Javier Merino, Multiconstrucciones del Sur, pagó el año pasado 208.800 euros a Condal Asesores, una sociedad del propio Simón. Merino ha confesado que incluso firmó un convenio con esa empresa en octubre de 2007. “Me lo presentaron porque es un despacho que se mueve bien y que dicen que consigue mejor las licencias en el ayuntamiento”, declaró a la policía. Los investigadores consideran a Juan Simón testaferro de los acusados en la operación Astapa. El empresario, dueño de una mansión en Marruecos llamada Maison Barbari, salió de prisión tras pagar 300.000 euros de fianza y aún hoy sigue imputado.

La extorsión a empresarios era generalizada y tenía lugar entre comidas, reuniones y partidas de golf, según el sumario. Muchos que querían trabajar allí pagaban. Así lo hicieron empresas medias, grandes y multinacionales. Uno de estos empresarios, agotado, envió un mensaje desde su teléfono móvil al de uno de los jefes de la trama en el que pedía que se presionara más a otros de la competencia, con más capital, y terminaba pidiendo clemencia con un viejo refrán popular: “Al amigo y al caballo no hay que cansarlos”.

El alcalde, médico alergólogo, en excedencia de la residencia de ancianos en la que trabajaba antes de dar el salto a la política, sufragó todo tipo de actividades culturales y dedicó especial atención a los periodistas, a quienes convertía en protagonistas de diversos cursos en su ciudad. Así, consiguió apoyo popular y mediático y toda una red de contactos a nivel nacional. “Los enemigos del periodismo tienen miedo a la libertad”, proclamaba el alcalde Barrientos, invitado a la tribuna en los prestigiosos Premios de Periodismo Rey de España, entregados en mayo de este año en Madrid. Un mes después, la juez ordenó su ingreso en prisión, donde sigue.