estepona

Saturday, August 02, 2008

Austeridad

Artículo de opinión del alcalde de Estepona, David Valadez, publicado en el semanario Estepona Información

Austeridad

Las primeras medidas que el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento ha adoptado en materia económica son claras: austeridad y contención del gasto público. Reducción del suelo del alcalde, disminución del número de cargos de confianza, de contratos de alta dirección y la baja telefónica de unos 40 teléfonos corporativos.
Es obvio que con estas medidas el Ayuntamiento no va a resolver el problema estructural, el nudo gordiano, que ha abocado a la ciudad a una situación tremenda: unos 42 millones de deuda a la Seguridad Social. Me refiero a las empresas municipales.
Cuando hemos invitado desde el gobierno a los grupos políticos de la oposición a sumarse a los Consejos de Administración lo hacíamos desde el hondo convencimiento en la necesidad de que participen en la toma de decisiones. No queremos que sean meros invitados dispuestos a levantar la mano a todo lo que se les ponga por delante. No es esa la idea. Lo que pretendemos es que consensuemos entre todos el nombre del gerente de estas empresas, las decisiones a adoptar para sanearlas, las actuaciones presentes y futuras, .... en fin, todo lo relativo a unos órganos cuya vigencia resulta ya discutible.
Puedo entender el que se nos diga que puesto que somos nosotros los que gobernamos que seamos nosotros los que resolvamos los problemas. Puede resultar comprensible. Lo que no entiendo es que aquellos que han estado sumisos, callados, y condescendientes sean ahora los que critiquen el intento de oxigenar las empresas. Cuando algunos decidimos, en su momento, abandonar los Consejos de Administración lo hacíamos por no compartir la gestión oscurantista y el clientelismo político que hoy está siendo objeto de una investigación policial.
Nosotros queremos hacer todo lo contrario. Soy consciente, no obstante, de que en las próximas semanas hemos de seguir avanzando en la toma de decisiones. Tenemos que pasar de la estética de las palabras a la ética de los hechos