La niña
Artículo de opinión de Rafael Rosselló publicado en el diario Sol
La niña
El comité de seguimiento de las elecciones de Montesinos tiene un "cabreo que te cagas": no hay derecho, este Rajoy es "la leche", niña, lo que se dice niña, sólo hay una, la de Montesinos, y lo preocupante no es cómo va a estar la niña de Rajoy los próximos años, que nos importa una mierda, lo vital es qué va a hacer la niña de Montesinos con nuestro Palacio, Palace en inglés que lo domina "Rafaé" a tope. Vamos a aclararnos, no hay derecho que un "pretendiente" a la Presidencia del Gobierno plagie, señoras y señores que es que ha copiado indignamente, a nuestro concejal de no sé qué. El primero que se ocupó de su niña fue Montesinos y, precisamente porque estaba "superpreocupado" con el futuro de su niña, la colocó en el Palacio con un sueldo bastante bueno, para que vamos a engañarnos, y, además, así se la puede llevar a FITUR con el director del Cementerio para que se relacione "la niña".
¿De qué hablan estos de inversiones y de déficit y de historias?,¡hombre! ¿Cómo se les ocurre fichar a Pizarro, que les ha salido el "fichaje" de pena?, ¿no tenían acaso ahí a Agripina?: nuestra Agripina igual que regala su libro preferido que es "Andalucía Libre", como se lo pongas a huevo, se compra "La Falange Teórica" de José Antonio Primo de Rivera y Dionisio Ridruejo, jura, por el Árbol de Guernica, que es su libro de cabecera desde su más tierna infancia, lo regala en otra biblioteca y se fuma un puro tan tranquila.
Y, sobre todo, si hay que ir a un debate y quieren quedar bien de verdad, que dejen a Rajoy en casa, que se le va la olla, y dice que los que estaban de acuerdo con la guerra de Irak eran los "sociatas" y no ellos, y que fichen a Montesinos porque, Montesinos, antes de hablar en público lo ensaya ante un espejo y eso es vital, ¡ah! y sin cronómetro ni leches.
Por cierto, ya no sé cómo decirle a Montesinos que venga a "Sopa de caracol". Rafael Montesinos, sabes que estás invitado y que me apetece "una jartá" que vengas. ¡Anímate hombre!, que nos tomamos un vinito y charlamos.
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