estepona

Friday, February 29, 2008

Calaña


Artículo de opinión de José Gerez publicado en el semanario Estepona Información el sábado 1 de marzo de 2008

Calaña

La pasada semana saltó, yo lo hice público, la denuncia presentada por el Ayuntamiento contra un ex-alcalde y cuatro funcionarios por el informe del Tribunal de Cuentas. Verán ustedes, yo estoy absolutamente de acuerdo con que el Ayuntamiento y las sociedades municipales reclamen a quien sea responsable de cualquier acto que, por activa o pasiva, haya originado un menoscabo a la hacienda municipal, insisto, por activa o pasiva, porque pasividad es con lo que se está actuando en el asunto de las sanciones urbanísticas- ya saben 18 millones de euros- y otros asuntos que, no lo duden, antes o después, también tendrán consecuencias.Pero no quiero perderme en el presente y voy a hablar del pasado. La denuncia del Ayuntamiento, del alcalde ya que esto es un asunto personal, obedece a los asuntos que siendo incluidos en el informe preliminar, no han podido ser justificados de forma suficiente en las alegaciones efectuadas por los técnicos municipales. Como ustedes saben el informe y alegaciones comprenden el periodo 1.995-1999 en el que son tres los alcaldes al frente de la Corporación municipal. Curiosamente, la reclamación solo alcanza a uno, el único que no es del mismo partido que el ínclito, dicho sea de paso, también quién más tiempo estuvo - cuatro años- al frente del Ayuntamiento en ese periodo. Lo que ocurre, cosas de la casualidad, es que gran parte de las cantidades no justificadas corresponden a los primeros seis meses del año 1.995 y afectan a un alcalde socialista y una serie de concejales del mismo grupo que no han podido documentar las cantidades percibidas a justificar. No pasa nada, para eso está el ínclito que tiene la capacidad de determinar quien es culpable o inocente según le haya sentado la resaca de la noche anterior o los particulares intereses de las mayorías de su asamblea.Probablemente el ínclito no tenga en cuenta que detrás de su miseria moral hay personas y detrás de las personas, familias. Claro, eso a él no le importa, siempre ha carecido de tales condiciones. La denuncia, por si ustedes no lo sabían, alcanza también a cuatro funcionarios. Uno de ellos, de habilitación nacional, debe tener las cosas claras. Hay que ser torpe y malintencionado para acusar a alguien de los - supuestos - errores administrativos que, de ser ciertos, aquí también existe la presunción de inocencia, serían responsabilidad de otros, por lo que lo único que queda claro es que durante mucho tiempo ha sido un funcionario incómodo que no se ha dejado plegar a los intereses de quién gobierna y ha dado con sus denuncias en el clavo de la ilegalidad permanente que ha sido el gobierno municipal.Me van a permitir que haga caso aparte de los otros tres funcionarios. Dos de ellos de administración general y ampliamente generosos al acceder a ocupar el puesto de interventor con carácter provisional sabiendo la clase política con la que deben lidiar. Quienes hemos tenido la suerte de trabajar con ellos sabemos de su capacidad y entrega, especialmente en los momentos difíciles cuando no existían los medios que hoy existen y, por supuesto, saben que cuentan con todo el apoyo y reconocimiento al trabajo realizado y desde aquí con mi ofrecimiento personal para acudir donde sea menester a defender su inocencia.El cuarto, tristemente fallecido y representado en la denuncia por su viuda, merece comentario aparte. Además de ser una excelente persona, me enorgullezco de haberlo conocido y gozado de su aprecio personal, es el principal responsable de la actual conformación del área económica, moderna, funcional y eficaz. Fue el impulsor y motor de todos los cambios, especialmente de conseguir que fueran aceptados por los responsables políticos y, curiosamente, de la creación de los mecanismos de control interno que hubieran evitado los hechos denunciados, ocurridos antes de su llegada a Estepona.Esté donde esté Luis Alonso, su familia no merecía esta miseria moral. Más aún, merecería un sentido homenaje de reconocimiento que este Ayuntamiento les debe a sus hijos. El mío queda hecho en este momento. A lo largo de estos días me consta que el de muchos esteponeros que lo conocieron y disfrutaron de su amistad, hoy con el estómago encogido por la constatación de la calaña de quién nos gobierna.