estepona

Tuesday, July 03, 2007

Foto fija


Artículo de opinión de Gerardo Galán publicado en el semanario Estepona Información

Foto fija

Decepcionante primera intervención de Rafael Duarte como Delegado de Urbanismo. Se nos estrena con la promesa de una amnistía urbanística que no hará más que profundizar en la difícil situación que vive nuestro territorio. Su idea de la “foto fija”, “legalizar el cien por cien de lo que hay hecho” perpetua la injusticia y provoca una situación de agravio comparativo con los ciudadanos que han respetado las normas. Cara de tonto se le debe quedar a alguno si a su vecino le legalizan un chalet sin licencia, sólo porque estuviese hecho antes del advenimiento del Sr. Duarte a Estepona.Este tipo de perdones administrativos, tan rentables electoralmente, son absolutamente injustos. Producen, a sabiendas de los promotores, el efecto contrario a aquel que se pretendía evitar. El efecto llamada será imparable. No pasa nada, todo lo que construyas vendrá alguien a legalizarlo. Aquí jamás se tirará una edificación ilegal.Léase la ley y los planeamientos en vigor, locales y territoriales. Aplíquense con rigor, con justicia, pero con rigor. Si hay edificaciones que puedan salvar los errores cometidos, sanciónese lo sancionable, y subsánese lo subsanable. Y a los demás, aplíquese la norma con rigor. Hay que fijar un marco en el que todos, ciudadanos y administración, sepan qué se puede hacer y qué no se puede hacer. Y el infractor, que pague. Y si ese pago consiste en revertir las cosas a su estado anterior, díctense y ejecútense las órdenes de demolición oportunas.Es curioso como este gobierno, “socialistas” y “comunistas”, se coloca el Estado de Derecho por montera en cuanto hay un posible puñado de votantes. Lo mismo defienden “edifica, que yo te perdono” como “al ayuntamiento, que yo te enchufo”. El principio de igualdad de todos ante la ley, o el principio mismo de la legalidad, se lo saltan de manera tan alegre que parece que no está en sus ejemplares de la constitución. Amparan, perpetúan, alientan y sostienen al infractor. Eso sí, sólo lo manifiestan en público cuando éste es “pequeñito”. Los grandes, respiran aliviados