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Saturday, October 10, 2009

¿Qué pasó en el PP de Estepona entre las 12 y las 7 horas del miércoles?


¿Qué pasó en el PP de Estepona entre las 12 y las 7 horas del miércoles?

¿Quosque tandem abutere, Ignatius Mena, patientia nostra?

Málag 101. El segundo tirón de orejas consecutivo al portavoz del PP en Estepona, Ignacio Mena, trae a colación a Marco Tulio Cicerón. En concreto una nueva adaptación a la histórica pregunta a Catilina: ¿Hasta cuando, Ignacio, vas a abusar de nuestra paciencia? Esa es la pregunta que comienzan a formularse en el PP andaluz. El PP de Estepona no da una ni siquiera “a derechas”. En la formación local se ha instalado el caos, las contradicciones y los anuncios de los que después se retractan

Como se sabe, Cicerón fue protagonista en la Conjura de Catilina -un político destacado de la facción llamada precisamente de los populares-, que dio lugar a los discursos denominados Catilinarias.


Ya existía el precedente del pleno del 18 de Septiembre, donde Mena forzó, en comunión con los ediles del PES y no adscritos, la bajada de los sueldos del equipo de gobierno pero apoyó al mismo tiempo mantener los suyos, los de la oposición. Poco después el portavoz local del PP era llamado a capítulo y en reunión urgente en Málaga con Elías Bendodo, tuvo que rectificar y anunciar que la reducción también afectaría a los miembros de la oposición. Algo que de momento se desconoce en lo que respecta a su cuantía o si será importante o meramente testimonial.

El miércoles de nuevo el presidente del PP y portavoz municipal, volvió a caer en otra contradicción y se vio obligado a rectificar en tan solo siete horas en otra propuesta sobre reducción salarial. Mena a las doce de la mañana, en compañía de Bendodo, anuncia a bombo y platillo ante los periodistas y en rueda de prensa convocada al efecto, que va a proponer al próximo pleno que se aplique un sistema salarial para que de nuevo se rebajen otra vez los sueldos de los concejales del equipo de gobierno y del alcalde. Incluía también una reducción no cuantificada de los sueldos de la oposición.

Sin embargo, sorprendentemente -aunque cada vez asombran menos las meteduras de pata de este portavoz- pocas horas después, a las siete de la tarde, se anuncia que ya no vale lo que Mena dijo a las 12 de la mañana, que ahora lo han pensado mejor y no le vuelven a reducir el salario al gobierno, que ya tienen bastante y que solo se lo reducirán a la oposición. Por menos desautorizaciones seguidas hay quien por dignidad, se ha ido.

¿Qué ocurrió en esas siete horas

La pregunta que se hacen es la siguiente ¿Qué ocurrió en esas siete horas para cambiar tan drásticamente de propuesta y en tan poquísimo tiempo? ¿Quién llamó? ¿Quién redactó y envió la contraorden en forma de nota de prensa? No fue el PP de Estepona, no. Si Bendodo estaba presente y autorizó, se intuye que fue una llamada airada “desde las alturas” regionales del PP, la que provocó el cambio de opinión. Al igual que la vez anterior, desde Sevilla, el tirón de orejas para ambos fue monumental. Por ello les obligaron a desdecirse.

Todo indica que tras estos dos errores garrafales incrementados por la dimisión de Galeote por “Gürtel” y la baja del partido de Silvia Cabrera, en Málaga y en Sevilla comii¡enzan a estar dolorosamente hartos de las meteduras de pata de Ignacio Mena y que arrastran tras sí a Bendodo. Algo que temen mucho en el PSOE ya que consideran a Ignacio Mena el “mejor candidato” para 2011 (para los socialistas, claro).

Harto también se encuentra el primer edil, David Valadez, que no sabe quien “manda” en el PP local y que busca interlocutor. Por ello ha propuesto que los asuntos importantes que afectan al futuro de la ciudad sean tratados o con el presidente regional del PP, Javier Arenas, o con el provincial, Elías Bendodo, porque según el socialista cada vez “que Mena abre la boca es para meter la pata“.

Valadez ha declarado que el presidente del PP local paseará cualquier día “con las orejas descolgadas porque el pobre va de tirón de orejas a desautorización permanente” y se ha convertido en un auténtico “cachondeo“.