El mensaje premonitorio de Valadez
Diario Málaga Hoy. Domingo 22 de junio de 2008
El mensaje premonitorio de Valadez
El edil del PSOE denunció en los últimos años las anomalías del municipio
"Quien a hierro mata, a hierro muere", "La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce", "La velocidad es la esencia misma de la guerra. Aprovecha la falta de preparación del enemigo; viaja por rutas inesperadas y atácalo donde no esté prevenido"… La riqueza del refranero popular y la cita a pensadores como Rosseau o Sun Tzu, autor de El Arte de la Guerra, sirvieron a David Valadez, concejal del PSOE en Estepona que públicamente ha puesto de manifiesto las anomalías ocurridas en el municipio, como fuente de inspiración en el último escrito que publicó en su blog el pasado 6 de junio, sólo once días antes de que la Policía Nacional detuviese al ahora encarcelado alcalde de la localidad, el también socialista, Antonio Barrientos.
Las reflexiones del edil apuntan directamente al regidor y responden a la advertencia que, al parecer, éste le hizo unos días antes al pronunciar la frase: "A cada cerdo le llega su San Martín". Pero a tenor de los últimos acontecimientos, esta sentencia se ha vuelto en su contra y las palabras de Valadez suenan ahora, más que nunca, a mensaje premonitorio de lo que definitivamente ha ocurrido en Estepona.
El nombre de David Valadez ha pasado a convertirse en pieza clave para entender qué hay detrás de la operación contra la corrupción urbanística y política en Estepona. Algunos incluso aseguran que es él quien comunicó a los estamentos judiciales las anomalías ocurridas en el Consistorio, todo ello después de que presentase documentación relativa a convenios urbanísticos, personal y contratación de obras que él defendía eran irregulares ante la dirección provincial del PSOE malagueño.
Un repaso a la hemeroteca nos obliga a echar la vista atrás, a abril de 2005, para observar las primeras sospechas. Fue en ese momento cuando dimitió como consejero delegado de las sociedades municipales en las que tenía participación por el desacuerdo existente con las políticas de empleo que se estaban llevando a cabo en las sociedades. Mantuvo su posición durante algunos meses, aunque el 17 de enero de 2006 regresó a las empresas.
Pero la verdadera tormenta política se desencadenó en octubre de 2006, cuando salieron a la luz las discrepancias del entonces portavoz socialista con la gestión urbanística desarrollada por el PSOE y el PES. La situación hizo que Valadez se ausentase de un pleno en el que iban a ser ratificados dos convenios que, según apuntó el edil, vulneraban el decálogo aprobado por el PSOE. Es justo en este momento cuando realizó las primeras insinuaciones sobre la presunta financiación ilegal del Partido de Estepona (PES), al que exigió explicaciones.
"De dónde saca el dinero para hacer aportaciones millonarias a diferentes colectivos", se preguntó, e instó a los ex miembros del GIL a que aclarasen "la hipotética relación" que pudiera mantener con Juan Antonio Roca y Pedro Román, detenidos en el marco de la operación Malaya. En respuesta, los ex gilistas advirtieron al PSOE de la posible ruptura del acuerdo de gobierno que mantenían en aquel entonces si respaldaba a Valadez. Sólo un día después, Barrientos zanjó la disidencia de su portavoz acordando su expulsión. "No estoy dispuesto a recibir lecciones de moralidad, de socialismo ni de lucha contra la corrupción de nadie", dijo de forma tajante.
Éste fue el primer esbozo de un enfrentamiento que se ha alargado hasta ahora. En una entrevista publicada por Málaga hoy el 2 de noviembre de 2006, Valadez insistió en sus críticas al PES. "Todos somos conscientes de que se conceden muchísimas subvenciones a colectivos sociales, deportivos, entidades religiosas y culturales y que se financian a través del PES, no del Ayuntamiento. Hay tres posibilidades, o la sede del PES se asemeja al Macondo de Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad y mientras en Estepona llueve, allí caen los billetes de 50 euros de canto, o Crespo hereda cada dos meses, o recurre a procedimientos que son inexplicables", declaró. Preguntado sobre si estas mismas sospechas podrían cernirse sobre el PSOE, dijo: "No puedo pronunciarme sobre otros órganos del partido. Mi postura personal como militante la tengo muy clara, hay cuestiones que no me gustan y no comparto y por higiene democrática se tienen que poner sobre la mesa".
Las últimas fricciones se localizan en los meses antes de las elecciones y justo en el momento en que Barrientos elabora las listas para los comicios. Valadez rechazó inicialmente formar parte de la misma en el puesto 8, asegurando que su trayectoria y su conciencia le impedían aceptar el ofrecimiento.
Otra de sus últimas reflexiones, plasmada en el blog, da una muestra de lo que puede estar pensando ahora Valadez de lo sucedido. El 25 de abril pasado escribe: "Sigo estando firmemente convencido de que los que ostentamos responsabilidades institucionales no sólo debemos ser honrados y honestos sino que, además, debemos parecerlo. Creo que la ejemplaridad en todas nuestras actuaciones debe estar fuera de duda" y sentencia: "Sólo de esta manera podemos aspirar a que nuestros conciudadanos empiecen a poner freno al cada vez más evidente desafecto que sigue produciéndose de la vida pública".
El mensaje premonitorio de Valadez
El edil del PSOE denunció en los últimos años las anomalías del municipio
"Quien a hierro mata, a hierro muere", "La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce", "La velocidad es la esencia misma de la guerra. Aprovecha la falta de preparación del enemigo; viaja por rutas inesperadas y atácalo donde no esté prevenido"… La riqueza del refranero popular y la cita a pensadores como Rosseau o Sun Tzu, autor de El Arte de la Guerra, sirvieron a David Valadez, concejal del PSOE en Estepona que públicamente ha puesto de manifiesto las anomalías ocurridas en el municipio, como fuente de inspiración en el último escrito que publicó en su blog el pasado 6 de junio, sólo once días antes de que la Policía Nacional detuviese al ahora encarcelado alcalde de la localidad, el también socialista, Antonio Barrientos.
Las reflexiones del edil apuntan directamente al regidor y responden a la advertencia que, al parecer, éste le hizo unos días antes al pronunciar la frase: "A cada cerdo le llega su San Martín". Pero a tenor de los últimos acontecimientos, esta sentencia se ha vuelto en su contra y las palabras de Valadez suenan ahora, más que nunca, a mensaje premonitorio de lo que definitivamente ha ocurrido en Estepona.
El nombre de David Valadez ha pasado a convertirse en pieza clave para entender qué hay detrás de la operación contra la corrupción urbanística y política en Estepona. Algunos incluso aseguran que es él quien comunicó a los estamentos judiciales las anomalías ocurridas en el Consistorio, todo ello después de que presentase documentación relativa a convenios urbanísticos, personal y contratación de obras que él defendía eran irregulares ante la dirección provincial del PSOE malagueño.
Un repaso a la hemeroteca nos obliga a echar la vista atrás, a abril de 2005, para observar las primeras sospechas. Fue en ese momento cuando dimitió como consejero delegado de las sociedades municipales en las que tenía participación por el desacuerdo existente con las políticas de empleo que se estaban llevando a cabo en las sociedades. Mantuvo su posición durante algunos meses, aunque el 17 de enero de 2006 regresó a las empresas.
Pero la verdadera tormenta política se desencadenó en octubre de 2006, cuando salieron a la luz las discrepancias del entonces portavoz socialista con la gestión urbanística desarrollada por el PSOE y el PES. La situación hizo que Valadez se ausentase de un pleno en el que iban a ser ratificados dos convenios que, según apuntó el edil, vulneraban el decálogo aprobado por el PSOE. Es justo en este momento cuando realizó las primeras insinuaciones sobre la presunta financiación ilegal del Partido de Estepona (PES), al que exigió explicaciones.
"De dónde saca el dinero para hacer aportaciones millonarias a diferentes colectivos", se preguntó, e instó a los ex miembros del GIL a que aclarasen "la hipotética relación" que pudiera mantener con Juan Antonio Roca y Pedro Román, detenidos en el marco de la operación Malaya. En respuesta, los ex gilistas advirtieron al PSOE de la posible ruptura del acuerdo de gobierno que mantenían en aquel entonces si respaldaba a Valadez. Sólo un día después, Barrientos zanjó la disidencia de su portavoz acordando su expulsión. "No estoy dispuesto a recibir lecciones de moralidad, de socialismo ni de lucha contra la corrupción de nadie", dijo de forma tajante.
Éste fue el primer esbozo de un enfrentamiento que se ha alargado hasta ahora. En una entrevista publicada por Málaga hoy el 2 de noviembre de 2006, Valadez insistió en sus críticas al PES. "Todos somos conscientes de que se conceden muchísimas subvenciones a colectivos sociales, deportivos, entidades religiosas y culturales y que se financian a través del PES, no del Ayuntamiento. Hay tres posibilidades, o la sede del PES se asemeja al Macondo de Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad y mientras en Estepona llueve, allí caen los billetes de 50 euros de canto, o Crespo hereda cada dos meses, o recurre a procedimientos que son inexplicables", declaró. Preguntado sobre si estas mismas sospechas podrían cernirse sobre el PSOE, dijo: "No puedo pronunciarme sobre otros órganos del partido. Mi postura personal como militante la tengo muy clara, hay cuestiones que no me gustan y no comparto y por higiene democrática se tienen que poner sobre la mesa".
Las últimas fricciones se localizan en los meses antes de las elecciones y justo en el momento en que Barrientos elabora las listas para los comicios. Valadez rechazó inicialmente formar parte de la misma en el puesto 8, asegurando que su trayectoria y su conciencia le impedían aceptar el ofrecimiento.
Otra de sus últimas reflexiones, plasmada en el blog, da una muestra de lo que puede estar pensando ahora Valadez de lo sucedido. El 25 de abril pasado escribe: "Sigo estando firmemente convencido de que los que ostentamos responsabilidades institucionales no sólo debemos ser honrados y honestos sino que, además, debemos parecerlo. Creo que la ejemplaridad en todas nuestras actuaciones debe estar fuera de duda" y sentencia: "Sólo de esta manera podemos aspirar a que nuestros conciudadanos empiecen a poner freno al cada vez más evidente desafecto que sigue produciéndose de la vida pública".
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