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Sunday, September 13, 2009

Bendodo y los miedos a Estepona


Bendodo y los miedos a Estepona

“El comentario de la semana”: Llegó la hora de hacer política con mayúsculas


Málaga101. La propuesta socialista destinada y dirigida al PP de Málaga para llegar a acuerdos de gobernabilidad del Ayuntamiento de Estepona ha sido además de sincera y necesaria, un acto inteligente y de reflejos. En estos momentos, la situación política de la ciudad ha cambiado notablemente con respecto al inicio de la “era Valadez”

Aunque los problemas económicos acucian, las arcas están caninas y el pago de las nóminas agobian, se ve dinámica de gestión, se contemplan realidades y hay esperanza en el futuro. La situación traumática que supuso el inicio de la operación “Astapa” tiende a aminorar y a residenciarse en donde debe estar, en la administración de Justicia. Esta será la que determine lo realmente sucedido y la que marque las responsabilidades que puedan derivarse.

Por otro lado varios proyectos importantes marcarán el final del mandato municipal. La sensación que se vive entre la ciudadanía evidencia más una situación de normalización que de crispación política, eso sí, dentro de una realidad excepcional. Si parte de estos ciudadanos tenían dudas de que todo lo ocurrido podría ser reconducido, hoy se aprecia que esas interrogantes comienzan a disiparse. La decidida colaboración institucional -que se incrementará a medida que pase el tiempo- está también dando sus frutos.

Política de “arrimar el hombro”

Todo ello pinta un panorama en el que las soluciones holligans y las posturas frentistas no solamente sobran, sino que además podrían ser castigadas en las urnas del 2011. De una situación de perplejidad e incertidumbre se ha pasado a otra en la que hay “arrimar el hombro” y ayudar en la gestión para sacar este barco a flote, al margen de la ideología que cada uno legítimamente pueda profesar. Las cuestiones partidistas hay que dejarlas al margen pués ha llegado la hora de la política con mayúsculas y ante situaciones excepcionales, se requieren soluciones excepcionales como es la de que PP y PSOE se entiendan por el bien del municipio. Cualquier renuncio a echar una mano y cualquier gesto de obstrucción comienza a ser visto como una falta de patriotismo local.


Imposible gestora

Los populares de Estepona son conscientes de esa situación porque lo perciben a diario, lo oyen, lo sienten y comienzan a separar la paja del grano y a discernir sobre lo que es un buen consejo de una recomendación interesada. Si desde Málaga el PP se aferraba a que una decisión de gobierno impulsaría la creación de una gestora, a poco más de un año y siete meses, esa esperanza se diluye. La gestora es una posibilidad descartada absolutamente por la Junta de Andalucía o el Gobierno central, como bien se encargó de recordar el Consejero de Gobernación, Luis Pizarro, recientemente. La disolución del Ayuntamiento es por tanto la Nova Ínsula Utopia de Tomás Moro, algo que no llegará por mas que algunos se empeñen en anunciarla.

El PP en la encrucijada

El problema en buena parte para el PP de Málaga reside ahí. Tanto el propio dirigente andaluz, Javier Arenas, como el provincial, Elías Bendodo, han reiterado hasta la saciedad la exigencia de disolución y el paso a una gestora. Ese es el principal “miedo” de Bendodo. Uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Teme Bendodo que desdecirse y pasar a una labor de real colaboración sea entendido como una forma de traición a sus principios o como un cambio acomodaticio de estrategia. Se equivoca de plano. Ese cambio de opinión ante la imposible disolución del ayuntamiento, justificaría una nueva y correcta forma de actuar y sería no solo criticada sino aplaudida.

Otro miedo que comienza a acuciar a los populares en Málaga se deriva de algo para ellos sorpresivo: el aumento de la talla política de David Valadez y la consolidación de su figura como alcalde. Habrá que reconocer que eso ha cogido de sorpresa no sólo al PP sino a otros, entre ellos a miembros de su propio partido y de ciudadanos en general.

Pocos apostaban por David Valadez

Cuando el acceso a la alcaldía de Valadez, pocos apostaban por él. Se pensaba que era un suicida bisoño de la política, un enfant terrible y que su paso sería efímero. Por tanto era solo cuestión de esperar a que la breva madurase y cayese por su propio peso. Pués bien, eso no solo ha sido así sino que el ímpetu del socialista, el crecimiento ante las adversidades, su cercanía diaria, el apego al terreno, las prolongadas jornadas, el contacto con sus ciudadanos así como el cultivo de buenas relaciones institucionales, están haciendo crecer la credibilidad entre la gente y agrandar su caché político e institucional. Valadez ha pasado en poco tiempo -corto y duro tiempo-, del desahucio en su partido a tener la garantía de que será el candidato del PSOE a la alcaldía en 2001. Y ello comienza a preocupar en las filas del PP local y en Málaga lo temen.

El actual portavoz del PP, Ignacio Mena, también tiene asegurado el póster electoral. Sabe que tal como está la situación va a haber en el futuro inmediato una recomposición del atomizado mapa político local. Un bipartidismo imperfecto se atisba en 2011 protagonizado por las dos fuerzas mayoritarias a nivel nacional. El PP tiene ante si la ocasión de que por fin pueda salir de la marginalidad electoral que vive y revive en cada elección municipal con unos resultados más que austeros y pase a convertirse en alternativa real de gobierno.

Mena sabe que el plus de gestión cuenta, y mucho

Si tuviéramos que hacer un pronóstico ahora, apostaríamos a que existiría un empate técnico derivado de la erosión del PSOE por todas las circunstancias habidas de las que el PP se beneficia paralelamente. A partir de esa premisa sociológica ganará el mejor de los dos, pero el plus de la gestión cuenta y mucho. Y nunca será el mejor el que ante situaciones graves rehuya el apoyo y forme coaliciones contra natura con el ex gilismo y no adscritos, formando lo que en términos parlamentarios se denomina una mayoría de bloqueo. Eso, que ahora mismo ocurre, comienza a ser analizado por los ciudadanos en términos negativos y de anteponer los intereses del partido a los del pueblo.

El PP tiene la oportunidad de sumarse al carro y crecer ante un partido que está muy abierto o por el contrario, situarse en el cómodo pero kamikaze espacio de los antisistemas y de ser castigado al final. Mena lo sabe y podría -si lo autorizara Bendodo- dar el paso para que bien de manera directa o desde su apoyo externo, facilitar la gobernabilidad del consistorio. Se convierte así un posible pacto de estabilidad PSOE-PP, no solo en un ejercicio de responsabilidad, sino en un pasaporte electoral para quien quiera llegar al sillón de la alcaldía… ¡o no!

Para situarse bien en la carrera del 2011, Bendodo tiene que decidir

De ahí surge el tercer y último de los miedos del dirigente provincial del PP malagueño. Forzar la presión sobre su grupo en Estepona, mantenerlo más tiempo en la oposición incomprendida, seguir apelando a una imposible gestora mientras el alcalde inaugura y los mensajes de deslealtad y de no arrimar el hombro (como ocurrió con la no aprobación del préstamo extraordinario para pagar proveedores) comienzan a calar entre la población, mientras todo eso ocurre, una espada de Damocles pende sobre la formación conservadora. Y si se fuerza demasiado la máquina acaba por romperse. Y casos cercanos los hay, Manilva por ejemplo, a tan solo 12 kilómetros. Bendodo debe reflexionar, ha llegado la hora de hacer POLITICA…pero con mayúsculas.