Financiación Municipal
Artículo de opinión de David Valadez, publicado en el semanario Estepona Información y en su blog http://www.elblogdedavidvaladez.blogspot.com
Financiación Municipal
El Senado ha aprobado esta misma semana una moción del PSOE para instar al Gobierno a impulsar un gran acuerdo político en torno a la reforma de la financiación local que, además, esté vinculada a la autonómica. La iniciativa, vamos por el buen camino, contó con el respaldo del PP y del PNV.
El texto aprobado pide avances al Ejecutivo en una reforma más estructurada y dirigida a profundizar en la consecución de una financiación suficiente para los ayuntamientos y que, además, esté vinculada a la del sistema de financiación autonómica.
Éste es, sin duda, uno de los temas más recurrentes del municipalismo español de los últimos años. A nadie se le escapa que los Ayuntamientos siguen siendo las hermanitas pobres del Estado. Todos asumimos que, por ser la administración pública más cercana al ciudadano, el nivel competencial ha ido en aumento en las últimas décadas sin ser, no obstante, acompañado ese esfuerzo de las consignaciones presupuestarias que hagan viable la prestación de un servicio de calidad.
Hasta aquí el discurso políticamente correcto. Ahora bien, y lo digo desde el conocimiento de causa, ¿los Ayuntamientos que han estado despilfarrando el dinero de los contribuyentes están también en disposición de exigir una descentralización mayor del Estado hacia los municipios?. Está claro que siempre podrán alegar que si las comunidades autónomas, o el propio Gobierno de la Nación, pueden recurrir al dispendio, los Ayuntamientos también estarían legitimados para ello. El planteamiento no estaría falto de razón, o motivación política.
¿No creen los lectores que el déficit de las Corporaciones municipales no es sólo el fruto de la falta de capacidad financiera, sino también de una pésima gestión de los recursos económicos?. En demasiadas ocasiones se han justificado algunos comportamientos, siempre en materia urbanística, que rayan lo delictivo en base a la incapacidad de asumir y hacer frente a los gastos corrientes que generan unas políticas populistas, innecesarias y artificiales.
Por este motivo mi postura es clara en cuanto a la financiación de los Ayuntamientos: mejor y mayor dotación económica, pero también acompañada de un control que imposibilite que las Corporaciones locales sean meras oficinas de empleo o caladeros de votos para el político de turno.
Financiación Municipal
El Senado ha aprobado esta misma semana una moción del PSOE para instar al Gobierno a impulsar un gran acuerdo político en torno a la reforma de la financiación local que, además, esté vinculada a la autonómica. La iniciativa, vamos por el buen camino, contó con el respaldo del PP y del PNV.
El texto aprobado pide avances al Ejecutivo en una reforma más estructurada y dirigida a profundizar en la consecución de una financiación suficiente para los ayuntamientos y que, además, esté vinculada a la del sistema de financiación autonómica.
Éste es, sin duda, uno de los temas más recurrentes del municipalismo español de los últimos años. A nadie se le escapa que los Ayuntamientos siguen siendo las hermanitas pobres del Estado. Todos asumimos que, por ser la administración pública más cercana al ciudadano, el nivel competencial ha ido en aumento en las últimas décadas sin ser, no obstante, acompañado ese esfuerzo de las consignaciones presupuestarias que hagan viable la prestación de un servicio de calidad.
Hasta aquí el discurso políticamente correcto. Ahora bien, y lo digo desde el conocimiento de causa, ¿los Ayuntamientos que han estado despilfarrando el dinero de los contribuyentes están también en disposición de exigir una descentralización mayor del Estado hacia los municipios?. Está claro que siempre podrán alegar que si las comunidades autónomas, o el propio Gobierno de la Nación, pueden recurrir al dispendio, los Ayuntamientos también estarían legitimados para ello. El planteamiento no estaría falto de razón, o motivación política.
¿No creen los lectores que el déficit de las Corporaciones municipales no es sólo el fruto de la falta de capacidad financiera, sino también de una pésima gestión de los recursos económicos?. En demasiadas ocasiones se han justificado algunos comportamientos, siempre en materia urbanística, que rayan lo delictivo en base a la incapacidad de asumir y hacer frente a los gastos corrientes que generan unas políticas populistas, innecesarias y artificiales.
Por este motivo mi postura es clara en cuanto a la financiación de los Ayuntamientos: mejor y mayor dotación económica, pero también acompañada de un control que imposibilite que las Corporaciones locales sean meras oficinas de empleo o caladeros de votos para el político de turno.
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