El Mago de Alpandeire

Artículo de opinión de José Ignacio Crespo, portavoz del Partido Estepona

El mago de Alpandeire

El mago de Alpandeire se empeña en seguir escondiendose cada día bajo las faldas del tribunal de cuentas, como cuando de niños nos escondíamos bajo las faldas de la mesa camilla para escapar de la regañina paterna tras alguna travesura infantil. Casi me produce ternura contemplar cómo el estratega del socialismo municipal mienta al órgano fiscalizador a modo de conjuro cuando le descubrimos las verguenzas. Ha debido pensar que es la palabra mágica, el salvoconducto, el santo y seña que le abrirá indefectiblemente las puertas de la impunidad. Nada nos dice el valído de los dieciocho millones de euros, tres mil millones de pesetas dejados de ingresar en las arcas municipales por sanciones urbanísticas no cobradas; elude aclararnos por qué las sociedades administradas por él no pasan también el filtro del tribunal de cuentas y por qué sus compañeros de partido y de partida han sido borrados de un plumazo de las demandas dirigidas al mismo tribunal; calla cuando se trata de averiguar quién indemnizará a todos los contribuyentes esteponeros los daños y perjuicios millonarios por la incalificable conformidad del gobierno con los nuevos valores catastrales; escurre el bulto cuando diez mil personas se echan a la calle coreando consignas contra su pérfida política impositiva; se sonroja cuando ponen al descubierto su maquiavélico plan de privatizaciones en cascada, cuyas íntimas razones sólo él conoce; rie forzadamente cuando sus propios compañeros de gobierno le devuelven a los corrales algún toro por exceso de peso... Cuando era senador, en una ocasión me regaló un ejemplar de la Constitución editado por la cámara alta. Yo le regalé un diccionario. Eran regalos envenenados, como corresponde a tan íntimos enemigos. Salud, artista. En el camino nos vemos.