Medel consolida a Unicaja como la gran caja más insolidaria de todo el Estado al dedicar sólo un 4,43% de sus beneficios a Asistencia Social
Estrecho indymedia. Viernes 13 de julio de 2007
Medel consolida a Unicaja como la gran caja más insolidaria de todo el Estado al dedicar sólo un 4,43% de sus beneficios a Asistencia Social
El último Anuario Estadístico de las Cajas de Ahorro de 2006 publicado recientemente por la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) ha confirmado a Unicaja como la entidad más insolidaria de España en el sector financiero público, sólo superada por Bancaja. La entidad malagueña aparece la penúltima en cuanto a porcentaje de beneficios dedicados a su Obra Social con apenas un 17%. Una proporción irrisoria si la comparamos con la de otras cajas andaluzas como Cajasur (32%) o Caja Granada (33%), o con cajas de ámbito nacional como BBK (30%), Caixa Galicia (48%), Ibercaja (29%) o Caja Madrid (24%). La revista EL OBSERVADOR sacará a la calle en breve su número 51, que estará en los quioscos a principios de la semana que viene, con la entidad que preside Braulio Medel como tema principal de portada y con un amplio reportaje interior de cuatro páginas.
En 1991 una fusión de las cajas de ahorros de Ronda, Almería, Antequera, Cádiz y Málaga originaba la mayor entidad financiera andaluza, bautizada con el nombre de Unicaja. El PSOE, entonces como ahora en el gobierno andaluz, colocaba al frente de esta institución llamada a convertirse en la referencia financiera del Sur al que había sido su viceconsejero de Economía, Braulio Medel, quien desde entonces ha venido ocupando el sillón de presidente. Dieciséis años después, el liderazgo de Medel en la organización es indiscutible, su poder, incontestable. Una anécdota. Cuando unos delegados sindicales exigieron que les recibiera en su despacho, uno de sus secretarios les espetó con cierta incredulidad: “Ah, ¿es que queréis hablar con Dios?” Una exageración sin duda, ya que dentro de la caja es habitual que se refieran al presidente con otro nombre menos grandioso: ‘el emperador’.
El último Anuario Estadístico de las Cajas de Ahorro de 2006 de la CECA ha confirmado a Unicaja como la entidad más insolidaria de España en el sector financiero público, sólo superada por Bancaja. La entidad financiera con sede en Málaga revalida este puesto de cola en cuanto a función social en el que le situó un estudió de la revista Consumer en 2005, periodo en el que esta institución dedicó el 19% de sus beneficios a su Obra Social, porcentaje que se ha reducido un año después en dos puntos.
El reparto de fondos de la Obra Social de Unicaja reflejado en este informe también demuestra que la institución dirigida por Braulio Medel opta por primar la ‘Cultura, Deporte y tiempo libre’, que acaparan el 59% de los fondos, frente a la ‘Asistencia social y sanitaria’, que supone el 23% del presupuesto. De los 271 millones de euros de beneficio Unicaja sólo dedica 12 (el 4,5%) a asistencia social, según el último anuario de la CECA. Esta peculiar distribución del presupuesto también diferencia sustancialmente a Unicaja de sus competidores. Si comparamos a la institución malagueña con otras de tamaño similar como BBK o Caixa Galicia veremos como estas últimas, aún siendo de menor tamaño que Unicaja y obteniendo menos beneficios, dedican más dinero a su Obra Social y favorecen más a lo social frente a las actividades recreativas.
Por ejemplo, la caja vasca BBK, que generó casi 50 millones de euros menos de beneficios que Unicaja en 2006, pero dedicó el 30% de los mismos a su Obra Social, por lo que ésta terminó siendo mayor que la de la caja malagueña. Esto significa una inversión de 59.797.000 euros frente a los 54.376.000 de la andaluza. Además, BBK dedica el 47% de estos fondos a Asistencia social y sanitaria, lo que supone 28.187.000 euros frente a los 12.546.000 que dedica Unicaja. Es decir, mucho más del doble: 15.641.000 euros más destinados al cuidado de niños, ancianos, marginados, disminuidos... Lo mismo ocurre con Caixa Galicia, que a pesar de tener 84.810.000 euros menos de ganancias que Unicaja el año pasado, ha contado con una Obra Social significativamente más grande, exactamente invirtió en su Obra 13.795.000 euros más que Unicaja y dedicó a su Asistencia Social 2.876.000 euros más.
Esta política de desfavorecer lo social y aumentar el gasto en Cultura, Deporte y tiempo libre no ha sido siempre así en Unicaja, sino que responde a una evolución progresiva. Atendiendo a las memorias anuales de la entidad comprobamos que si en 1998 el Área de Asistencia Social suponía el 37,9% de los fondos de la Obra, esta proporción se rebajó al 31% en 1999, al 27% en 2000, al 23% en 2001, hasta llegar a un exiguo 19% en 2004. Paralelamente, el presupuesto destinado a Cultura y Deporte se amplió durante el mismo periodo desde el 48% de 1998 hasta el 66% en 2004.
En esta misma línea, los 86 centros de jubilados que la entidad gestionaba en 2000 se han reducido a 56 en apenas cinco años, es decir, en un lustro se han desmantelado 30 sedes de pensionistas, lo que supone acabar con más de un tercio de las que tenía en total. ¿Qué se ha hecho con estos inmuebles? ¿Venderlos? ¿Convertirlos en sucursales? Nada se sabe. En este mismo periodo 2000-2005 La Caixa creo 55 nuevos centros de mayores.
Sirva de muestra la situación que viven los vecinos de la superpoblada barriada malagueña de Miraflores de los Ángeles, que llevan 15 años pidiendo por escrito a los directivos de la caja de ahorros que les ceda un local abandonado propiedad de la entidad para convertirlo en un centro social del que carecen. Han presentado un proyecto para que lo utilicen los boy scouts, el club de ajedrez y los mayores. Nunca han recibido respuesta.
Las cajas de ahorro son entidades sin ánimo de lucro. Su misión, a diferencia de los bancos -entidades privadas que sólo rinden cuentas ante sus accionistas- es revertir los beneficios que generan a la sociedad que las ha hecho posibles. Su naturaleza es, en esencia, la de un servicio público. Hoy en día la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se ha convertido en un valor determinante en el mercado financiero a la hora de conseguir y fidelizar a los clientes. La gente quiere saber qué se hace con su dinero a la hora de elegir un banco. Los directivos lo saben, los publicistas también. No hay más que echar un vistazo a las recientes campañas de comunicación. “Soy uno de los siete millones de clientes que hacen posible una gran obra” (Cajamadrid); “La única entidad del mundo en la que tú decides cómo se invierte el 100% de la obra social” (Caja Navarra); “Obra Social, el alma de La Caixa” (La Caixa), son algunos de los títulos que los directores de comunicación se empeñan en repetir en sus anuncios en los medios. Unicaja no. Unicaja promociona sartenes si te abres una cuenta y su visibilidad depende por completo del equipo de baloncesto de Málaga. Para que no quepan dudas, ha sido el propio Medel quien lo ha dejado claro: “El baloncesto es el buque insignia de la entidad en lo que se refiere a imagen”. Por estrategia de comunicación y por su propia evolución, la Obra Social de Unicaja ha perdido un peso significativo dentro de la institución.
La situación de la Obra Social no ha pasado desapercibida para los sindicatos, que incluyen entre sus reclamaciones el que la Obra destine el 0.7% de su presupuesto a proyectos de ayuda al Tercer Mundo y se reorganice la distribución de fondos. Como tantas otras peticiones de los trabajadores, esta también ha caído en el saco roto.
Sevillano de Marchena, sesenta años, catedrático, adicto a las dietas adelgazantes y al poder, reservado, Braulio Medel es la clase de hombre que juega al ajedrez contra sí mismo. Dirigió la tesis universitaria de la actual ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. A otro de sus discípulos, José Manuel Domínguez, lo situó a su vera en Unicaja ocupando la dirección de la secretaria técnica. Le gusta supervisarlo todo, que sin su palabra nada importante se resuelva. No se le puede negar habilidad, Medel tiene sentido de los tiempos y de la oportunidad.
Don Braulio es el superviviente en activo de una vieja casta de banqueros. Ha salido inmune de las batallas entre el PSOE y el PP por el control financiero de las cajas andaluzas. Pero a pesar de su crecimiento, su ‘imperio’ tiene grietas. Y el reinado de Medel va ofreciendo signos de retirada. Las últimas adquisiciones de acciones de Iberdrola por Unicaja -se ha gastado más de 80 millones de euros para tener el 1,5% de la eléctrica- le han conseguido a su presidente un puesto en el consejo de administración. No falta quien ve en esta maniobra una manera de asegurarse un futuro tranquilo en Iberdrola, ahora que corren tiempos convulsos en Unicaja donde se ha roto la paz social y ha estallado un conflicto soterrado durante años.
Por primera vez en la breve historia de la institución financiera este año se ha producido en el Consejo y en la Asamblea General un voto en contra de los informes de gestión anual y de la distribución de resultados. Los sindicatos mayoritarios CCOO y CSICA están en pie de guerra. La encuesta de clima laboral realizada hace más de un año -todavía no contestada por la dirección- señala que los empleados de Unicaja están desmotivados, que prolongan de forma habitual su jornada laboral, que se sienten abandonados por sus superiores. La progresiva carga de trabajo aumenta el estrés laboral y los trabajadores exigen que su sueldo se iguale de una vez por todas con el del resto de cajas andaluzas, una reivindicación histórica que se reclama con más fuerza especialmente cuando los resultados económicos vienen siendo favorables desde hace varios años. La plantilla apenas ha variado desde que la caja se creo. “De los 5.000 empleados de Unicaja, unos 400 son contratados no fijos y unos 170 jubilados parciales, por lo que la foto de la plantilla no difiere mucho de los 4.300 que había en 1991. Esto se ha dejado notar en la atención al cliente que ha bajado mucho. Evidentemente hace falta personal”, sentencia el delegado de Comisiones Obreras, José Luis Cid.
Por primera vez han sacado a la calle sus reivindicaciones. Una campaña de movilizaciones que no ha hecho más que empezar. Concentraciones sucesivas en Almería, Cádiz y Málaga han destapado la caja de los truenos. Hartos “de que se nos ignore”, explica Emilio Menéndez del CSICA, los empleados “reclamamos que se abra cuanto antes una mesa de negociación”. Una opción a la que se viene negando sistemáticamente el consejo directivo de la entidad mientras que los sindicatos anuncian que no darán su brazo a torcer. No descartan llevar a cabo medidas coercitivas de mayor calado. La sombra de una posible huelga general empieza a dibujarse como una alternativa.
Entre la marea inagotable de informaciones que han surgido a raíz de la Operación Malaya contra la corrupción en Marbella desatada por el juez Miguel Ángel Torres, pasó inadvertida una acusación del diputado nacional de Los Verdes, Francisco Garrido, en la que afirmaba que las cajas de ahorro “con Unicaja a la cabeza” se habían convertido “en el soporte financiero de la especulación y la corrupción urbanística en Andalucía”. Garrido señaló que la entidad malagueña había destinado el 62% de su inversión crediticia al sector inmobiliario.
Por su parte, Braulio Medel indicó en los primeros días de la operación, cuando ya se habían producido detenciones de empresarios, que en la Malaya “se pueden ver o están viéndose implicadas empresas, instituciones, etcétera que sólo en créditos bancarios podrían rondar los 6.000 millones de euros”. Y añadió: “No es bueno que la actuación de la justicia empeore la situación económica” dejando claro sus preferencias entre legalidad y dinero.
Unicaja ha salido bien parada de este caso. Su nombre no se ha ensuciado a pesar de que posee el 10% del Grupo Hoteles Playa SA, cuyo establecimiento en la Milla de Oro marbellí fue precintado antes de que abriera sus puertas por las múltiples irregularidades cometidas durante su construcción y que se ha convertido en uno de los emblemas del caos urbanístico de la era Gil: pasó de ser un terreno cedido por el Ayuntamiento para equipamiento público a venderse por casi nueve millones y medio de euros.
Y no es la primera vez que a Unicaja se le relaciona con turbios asuntos inmobiliarios. Un libro del Instituto Andaluz de Criminología, ‘Prácticas ilícitas en la actividad urbanística. Un estudio de la Costa del Sol’, señaló el papel que la caja de ahorros desarrolló en el caso de la Herencia Nadal de Estepona. En el capítulo denominado ‘Crónica de un expolio anunciado’ la entidad financiera malagueña aparece como seudónimo, como denuncia el portavoz de los colonos que trabajaban en las tierras de la Herencia, José Manuel Montoya, que acusaba a Unicaja de “un presunto delito de falsedad sobre la compra-venta realizada en terrenos de la Herencia Nadal. Las sospechas en torno a la existencia de un pacto de recalificación de los terrenos adquiridos por ‘Alcancía’ -seudónimo de Unicaja- apuntan hacia un posible delito de cohecho o de tráfico de influencias".
Los banqueros y los periodistas son dos gremios que casan mal. La curiosidad de los reporteros nunca ha gustado ni convenido en el mundo de las finanzas. Para salvar esta antipatía bancos y cajas montan grandes departamentos de comunicación, compran anuncios o directamente compran el medio de comunicación. Unicaja posee el 25% de Localia Málaga y es uno de los mayores inversores en publicidad de la provincia. Por eso es muy difícil encontrar una noticia que critique a la caja.
Sin embargo, siempre hay ‘moscas cojoneras’ y sindicatos alborotadores y en ocasiones es imposible acallar todas las voces. O no. Este medio de comunicación ha sido informado por los propios trabajadores de Unicaja de que el acceso a su página web se ha ‘capado’ desde dentro de la entidad donde tampoco llegan sus Envíos de Noticias.
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