estepona

Sunday, February 25, 2007

Y se quisieron tanto

Artículo de opinión de Rafael Rosselló publicado en Estepona Información. Sábado 24 de febrero

Y se quisieron tanto

SÍ señor: Barrientos exige a Bardají que, a la mayor brevedad, subsane los errores del PGOU. A que eso nos lo cuentan hace, tan sólo, un par de meses y no nos lo hubiésemos creído. Lo peor de esta historia, de ciencia ficción, es que nuestros técnicos se han pasado la legislatura advirtiendo de esos "errores", y el alcalde que no, que Bardají es un fenómeno y que aquí no se hace nada sin que Bardají lo apruebe. Todavía me acuerdo de mi propia experiencia. Estaba, junto con un amigo, ayudando a la propietaria de una parcela para conseguir el permiso de obra. Yo, en aquel entonces, no tenía ni idea de cómo funcionaba el Ayuntamiento de Estepona. Hicimos, en principio, lo que se hace siempre: consultamos en Urbanismo, pedimos un informe técnico de la parcela y comenzamos a recorrer "el calvario esteponero". El informe técnico lo obtuvimos en un tiempo más que razonable y, todo hay que decirlo, con una atención por parte de Urbanismo ejemplar. El informe jurídico, también. Con esos informes, la escritura, el vendedor, el futuro comprador, el proyecto y no me acuerdo quién más, nos dirigimos al Ayuntamiento. Fue en ese momento cuando no tenía muy claro si estaba viviendo una historia de los hermanos Marx o si es que en vez de haber entrado en un Ayuntamiento español, me había confundido y estábamos en Bielorrusia. De entrada, nos dijeron que teníamos que hablar con el señor Flores. Yo, a todo esto no sabía quién era el señor Flores y por qué ovumus, que son cojones en latín, tenía que hablar con ese señor. A la puerta del despacho de ese señor había una cola como la de la piscina de la Virgen de Lourdes, pero en vez de enfermos había promotores que esperaban su licencia de obras desde la época del pleistoceno. Ver al señor Flores no era tarea fácil, entre otras cosas, porque madrugador, lo que se dice madrugador, no lo es. A esto hay que añadir que hay que pedir cita con, por lo menos, un par de meses de antelación: está super ocupado, el pobre. Cuando, después de ir veintiocho días consecutivos, hacerte amigo de las secretarias del alcalde que están entre el despacho de este y el señor Flores y, por cierto, son muy atractivas, te recibía, te decía: Les falta a ustedes el informe de Bardají ¿Y quién es ese señor?, preguntábamos extrañados. El arquitecto que redacta el Plan General. ¡Ah!, ¿uno de los arquitectos del Ayuntamiento?, volvíamos a preguntar más confiados. No, uno que ha contratado el Ayuntamiento para redactar el Plan y que está en Madrid. ¡Tócate los ovumus!, pensé yo; es decir, contratan a un arquitecto que está en Madrid para redactar el Plan de Urbanismo de Estepona. Un poco raro, ¿no? No hubiese sido más normal, insistí yo, utilizar los arquitectos del Ayuntamiento que están en nómina y conocen mejor este Municipio. Pues no, contestó el señor Flores, que seguíamos sin comprender por qué teníamos que hablar con él sobre un tema de una licencia.Y comenzó la odisea Bardají. El señor Bardají era como una especie de dios al que nadie se atrevía a contradecir, bueno sí, los técnicos de urbanismo, pero no servía para nada. Enviaba sus informes cuando le salía de sus ovumus, que ya sabemos lo que significa, y encima rozaban el surrealismo puro; es decir, no coincidían en nada con los del arquitecto del Ayuntamiento. Vuelta con el informe "pelícano" al despacho del famoso señor Flores, otros dos meses de espera, y cuando se dignaba recibirte te decía, en plan favor: "Veré si puedo hablar con Bardají, pero el Alcalde no firma nada sin el informe de Bardají". ¿Y con ese informe, lo firma?, pregunté yo cándido de mí. Por supuesto, me contestó dignísimo, en el siguiente Pleno se firma. Con el tiempo me enteré que Plenos, lo que se dice Plenos, no había muchos. Evidentemente, mi amiga, sigue esperando su licencia: ha pasado más de un año.