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Friday, April 11, 2008

El sector hotelero toca techo tras incorporar 1.200 plazas en 4 años

La Voz de Galicia. Viernes 11 de abril de 2008

El sector hotelero toca techo tras incorporar 1.200 plazas en 4 años

Santiago es una de las ciudades donde más han bajado los precios a consecuencia del incremento de la oferta
Las expectativas de desembarco de grandes cadenas han desaparecido y no hay grandes proyectos a la vista

Plaza San Miguel S.L. tendrá dentro de unos días la licencia de apertura de un hotel de tres estrella en la plaza de San Miguel y vendrá a agregarse formalmente a la decena de establecimientos de esta categoría que hay ahora mismo en Santiago. A diferencia de otras categorías superiores, se incorporaron pocas plazas de tres estrellas en los últimos cuatro años, concretamente 85. El nuevo hotel viene a equilibrar la balanza respecto a los establecimientos de lujo, que incrementaron en mucho mayor medida su oferta.
Pero la oferta global de plazas no tiene visos de variar mucho, al menos hacia arriba, según coinciden hosteleros y Administración local. Se ha «estabilizado» el sector. No hay grandes proyectos a la vista, excepto el hotel lujoso de Brandía.
Lo cierto es que el sector ha crecido mucho desde diciembre del 2003 y en este período se han lanzado al mercado 1.177 nuevas plazas, la mayoría de ellas de lujo. En total hay 4.625 camas hoteleras, a las que hay que agregar 863 de hostales y pensiones. Y los hoteleros creen que es hora de parar, aunque saben que el libre mercado es el juez, porque la sobreoferta tira de los precios hacia abajo.
En el escenario de los alojamientos de cinco estrellas del 2003 ya estaba incorporado el hotel Puerta del Camino, y posteriormente se subió al olimpo hospedero el NH Obradoiro, con sus 318 plazas.
Más aportación realizó el tramo de las cuatro estrellas, que nada menos que dobló el número de establecimientos desde finales del 2003 (pasó de cuatro a ocho). Curiosamente, las últimas estadísticas pocas veces han sido aliadas con este tipo de establecimientos. En breve serán nueve los establecimientos con el funcionamiento del pazo de Brandía, que en opinión de los responsables de Turismo supondrá un elemento diferenciador en la constelación hotelera de la ciudad. Incrementará a 850 el número de plazas de cuatro estrellas.
Es, no obstante, la excepción en el inmediato devenir. Algunas cadenas importantes sondearon el mercado compostelano con la intención de hacerse con un hueco en la capital de cara al 2010. El ex edil Francisco Candela previno que en este año se podían plasmar dos importantes proyectos. Pero las cadenas interesadas arriaron velas a la espera de una mejor ocasión. Ni Hospedaxe ni el Concello tienen ahora sobre su mesa propuestas de destacadas firmas hoteleras.
El último establecimiento que entró en el gremio fue el Bonaval, de dos estrellas, y un poco antes los hicieron el Altair (4 estrellas) y el Aquelarre (1). En la lista de espera de obtención de licencia de apertura se halla la Tafona do Peregrino (2 estrellas y 14 habitaciones), que de hecho ya está funcionando.
«A planta de Santiago é suficiente, cualificada e preparada incluso para os grandes retos que ten que afrontar a cidade», indica el concejal Xosé Manuel Iglesias. El Xacobeo está a dos años vista y «non hai unha planta específica para o ano santo», recalca el edil.
El panorama no se presenta nada halagüeño para el sector. El presidente de Hospedaxe, José Antonio Liñares, cree que el número de plazas ya es excesivo y el mercado de precios corre el riesgo de «pervertirse». Pero no existe ese riesgo, sino que esa perturbación ya está a la orden del día y diversos establecimientos situados en los tramos altos, especialmente de cuatro estrellas, aplican tarifas más convincentes para la clientela. Según el reciente informe The Hotel Price Index 2008, Santiago es la cuarta ciudad de España donde más bajó el precio medio de las habitaciones en el 2007. Rodaron más bajo por esa pendiente Estepona, Marbella y Castellón. En la época de crisis cada una aguanta su vela de la mejor forma. Y es que, como dice José Antonio Liñares, «ó monstro hai que alimentalo».