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Friday, March 16, 2007

Vender un piso en la Costa, tan difícil como en la capital


20 minutos.es. Viernes 16 de marzo


Vender un piso en la Costa, tan difícil como en la capital


MAIRELYS RAMÍREZ. 16.03.2007
Hace sólo un año suponía un mes de espera y ahora ya cuesta hacerlo en seis. El frenazo de la demanda es superior en localidades turísticas del litoral.
De Torremolinos a Manilva se repite la misma historia: vender un piso en la Costa es tan difícil como hacerlo en la capital. Los agentes de una decena de inmobiliarias de Tecnocasa, afincadas en la zona, reconocen que hasta hace un año los carteles de «Se vende» duraban entre uno y tres meses. En municipios como Marbella bastaba con dos o tres semanas.
Ahora, según un sondeo realizado ayer por 20 minutos, lo mínimo que se tarda no baja en ningún caso de cinco meses. Eso sí, todo depende de si la vivienda está «en precio», como dicen en su argot los vendedores de las agencias para calificar a una casa cuyo valor no está sobredimensionado. En Benalmádena, por ejemplo: 200.000 euros por un piso con dos habitaciones y sin vistas al mar.
Esta ralentización en la compra de viviendas que se registra desde hace un año no afecta por igual a la provincia y es más problemática en la Costa del Sol, según el secretario del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Málaga, Roberto Grandfils. Lo achaca al volumen de edificación que sigue soportando el litoral, excepto en Marbella. Sin embargo, defiende que el mercado de compra-venta en la capital es aún dinámico.
También aquí hace distinción al afirmar que la demora se aprecia en el segmento de segunda mano pese a ser más barato. «En la capital se construye poco y la oferta de pisos nuevos está casi toda en el centro. Y todos se venden pese al precio», recalca.
Liquidar una vivienda de segunda mano le cuesta a una agencia seis meses. «Sus compradores son jóvenes y a ellos les piden una barbaridad por las hipotecas», dice Grandfils.
El especulador, figura en extinción
Si atrás han quedado los tiempos en que las inmobiliarias crecían como champiñones en Málaga, lo mismo le ocurre a la figura del especulador. Según Grandfils, si no está extinguido va en vías de extinción debido a los altos precios de los pisos: «En 2002 y 2003 se podía comprar uno por 90.360 euros en el centro de la capital y venderlo al año por el doble. Ahora es impensable: cada m2 vale 4.820 euros más IVA. Para sacarle beneficio hay que esperar cinco o seis años».